24 de Noviembre de 2024
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La extrema derecha ve esfumarse su sueño de gobernar en Francia

 

 

 

 

 

EL PAÍS

CIUDAD DE MÉXICO

El sueño de la extrema derecha de llegar al poder en Francia ha vuelto a pinchar. Y a lo grande. De verse ya formando gobierno por primera vez en la V República y con mayoría absoluta, ha pasado a quedar en un lejano tercer lugar, tras el bloque de izquierdas y hasta de las fuerzas macronistas, a las que había dado prácticamente por muertas. El ambiente en el salón de eventos de París, donde el Reagrupamiento Nacional (RN) pensaba celebrar a lo grande su esperado éxito, pasó en pocos minutos a ambiente de funeral, conforme iban saliendo unos resultados que, aunque demuestran que la formación de Marine Le Pen sigue aumentando su fuerza parlamentaria, alejan más que nunca la ilusión del poder que habían llegado a acariciar las últimas semanas.

Por una vez, el siempre controlador Jordan Bardella no lograba ocultar su frustración. El delfín de la líder del RN, que se veía ya como el primer jefe de Gobierno de la extrema derecha llegado al poder por la vía democrática, salió solo para denunciar la “alianza contra natura” que, según él, ha “privado a millones de franceses de su deseo de recomponer Francia” y lanza al país “a los brazos de [Jean-Luc] Mélenchon”, el líder del partido de izquierda radical La Francia Insumisa. Con todo, Bardella aseguró que no tira la toalla. “Todo comienza esta noche”, prometió. “Ante el partido único”, en referencia a la “alianza del deshonor” entre macronistas y partidos de izquierdas, Bardella lanzó entre aplausos lacónicos de los asistentes: “Seguiré aquí, para vosotros, hasta la victoria. Esta noche, un viejo mundo ha caído y nada puede frenar a un pueblo que vuelve a tener esperanza”.

Y es que para cuando salió a hablar, la mayoría de los alrededor de medio millar de militantes invitados habían empezado a irse o se concentraban en el bar instalado al fondo de la sala, apurando las bebidas con gesto derrotado. Las banderas ―todas francesas, ninguna europea― que varios voluntarios habían repartido poco antes colgaban desangeladas de la mano, o habían sido directamente guardadas.