21 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Si solo contara la última semana, Trump alcanzaría la cima

 

 

 

 

 

 

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

En el momento más importante de la campaña presidencial en Estados Unidos, Harris y los demócratas están perdiendo ímpetu y cometiendo errores.

Mientras que los republicanos y Trump lograron transformar un tropiezo propio en un golpe para sus rivales y están ofreciendo un discurso más potente a nivel emocional.

"Hay una isla flotante de basura en medio del océano en este momento. Creo que se llama Puerto Rico", dijo el comediante Tony Hinchcliffe, en un evento de campaña de Trump.

El presidente Joe Biden trató de aprovechar esta lamentable declaración, pero terminó por emitir otra aún peor: "la única basura que veo son sus seguidores".

Trump ha generado una amplia cobertura mediática al resaltar que Biden llamó basura a sus seguidores, al usar un chaleco propio de trabajadores de limpieza en sus eventos y dar declaraciones desde un camión de basura.

Esta forma de dar la vuelta a la situación es importante porque estimula la percepción de que Trump es más eficaz y de que tiene la capacidad de convertir un problema en una ventaja y aprovechar mejor los errores de sus adversarios, cualidades especialmente valiosas para un líder político.

Trump también está dedicando más tiempo en sus discursos a resaltar, no solo las figuras importantes que lo respaldan, sino sus méritos únicos.

Por ejemplo, resalta el apoyo que recibe de Elón Musk y SpaceX que son los únicos en el mundo capaces de lograr el aterrizaje seguro de un cohete de forma vertical.

O el apoyo de Brett Favre, el legendario jugador de la NFL que ha sido el único en la historia en ganar el trofeo de mejor jugador de la temporada 3 veces seguidas.

El apoyo de terceros con credibilidad es fundamental en cualquier elección y de manera particular en las de Estados Unidos.

Pero en los últimos días Trump está sacando mayor provecho de ella resaltando no tanto que son figuras destacadas, sino que son figuras "únicas".

Esto acentúa el valor de su apoyo.

Además, el discurso de Trump es siempre mucho más simple y fácil de entender que el de Harris. El lenguaje es sencillo, los argumentos son básicos, incluso por momentos demasiado elementales.

Pero esto no es un problema, al contrario.

En un mundo saturado de información que muchas veces es difícil de procesar, los mensajes claros, breves y sencillos destacan sobre mensajes de mayor complejidad.

Mientras Trump simplifica con eficacia, Harris se enfoca por momentos en explicar el significado de un mensaje en latín que aparece en los billetes de un dólar (E pluribus unum es decir, de muchos uno).

Por otro lado, en los últimos días Harris ha utilizado con frecuencia en sus discursos el efecto contraste.

El efecto contraste consiste en resaltar un punto comparándolo con el elemento contrario.

Harris usa frases como: "Donald Trump llegaría a la oficina oval con una lista de enemigos, mientras que yo voy a entrar a la oficina oval con una lista de objetivos".

Los contrastes son una herramienta de persuasión valiosa, pero son parte del arsenal básico de cualquier candidato y a estas alturas es necesario utilizar herramientas de mayor peso.

Hasta ahora Harris y su equipo no han logrado contrarrestar el golpe mediático, mientras las imágenes memorables de Trump portando chaleco de trabajador de limpieza y arriba de un camión de limpieza sellan con el candidato republicano, el frenesí que despierta con los trabajadores que trabajan con las manos.

Veremos si en Pennsylvania, uno de los siete estados de indecisos clave para ganar la elección, no determinan los puertorriqueños a la postre la derrota de Trump.