AGENCIAS
ESPAÑA
Al menos 95 personas murieron en unas enormes inundaciones que devastaron principalmente la región española de Valencia, sembrando el caos en muchos pueblos que quedaron aislados y a los que los servicios de emergencias intentaban acceder el miércoles para rescatar víctimas.
Con las calles convertidas en ríos de barro, residentes de la región española de Valencia quedaron “atrapados” por las mortíferas inundaciones que sembraron el caos la noche del martes y dejaron a los servicios de emergencia desbordados.
“Estamos incomunicados, No se puede acceder a la parte del pueblo. Las carreteras están todas cortadas, puentes cortados, puede que hayan desaparecido”, afirma este miércoles a AFPTV José Manuel Rellán, habitante de la localidad de Ribarroja del Turia, cercana a la ciudad de Valencia, al recordar la pesadilla que vivió la noche anterior.
“Es que ha estado 10 horas lloviendo sin parar (…) Hay poblaciones que han tenido 500 litros por metro cuadrado en 12 horas. Y el resultado es lo que ves”, indica este hombre de 49 años, señalando el agua mezclada con el fango todavía visible en las calles de su localidad.
Las impactantes imágenes de la noche del martes mostraron calles convertidas en verdaderos ríos caudalosos que arrastraban todo a su paso, incluidos los vehículos.
El Gobierno decretó tres días de luto oficial a partir del jueves.
El transporte aéreo y ferroviario hacia la zona continuaba suspendido y el tren de alta velocidad entre Madrid y Valencia no volverá a funcionar hasta la próxima semana, informaron las autoridades.
“Reiteramos la importancia de no hacer desplazamientos por carretera” en las zonas afectadas, insistió el presidente de la región de Valencia, Carlos Mazón.
El Rey Felipe VI expresó su “tristeza por tantas pérdidas de vidas humanas”, en un mensaje desde las islas Canarias.
La Unión Europea está “lista para ayudar” a España, afirmó en X la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.
“Estamos ante una situación inédita, que nadie recuerda”, aseguró el presidente valenciano.
Es la catástrofe debida al mal tiempo más mortífera que se haya registrado en España desde agosto de 1996, cuando murieron 86 personas por lluvias torrenciales que arrasaron un camping en la provincia de Huesca.