Nancy Pelosi, Hakeem Jeffries y Chuck Schumer han trasladado al presidente su preocupación por las perspectivas electorales. Barack Obama también cree que debe replantearse si busca la reelección, según ‘The Washington Post’.
AGENCIAS
CDMX
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que estaría dispuesto a reconsiderar su candidatura a la reelección en caso de ser necesario por indicación médica y el miércoles dio positivo por covid. Quizá no sea una señal del “Señor Todopoderoso” —el que podría convencerle de tirar la toalla, según dijo—, pero lo cierto es que los líderes demócratas han aumentado la presión sobre el presidente para que se plantee ceder el testigo. Tras ello, según los medios estadounidenses, Biden se ha mostrado más receptivo a pensárselo de nuevo y ha empezado a preguntar si su vicepresidenta, Kamala Harris, tendría posibilidades de derrotar al candidato republicano, Donald Trump. Entre quienes han hablado con el presidente están Nancy Pelosi, Chuck Schumer y Hakeem Jeffries. Al tiempo, The Washington Post aseguró este jueves que el expresidente Barack Obama ha compartido con los aliados de su entorno su impresión de que las posibilidades de victoria de Biden se han reducido drásticamente y que cree que el presidente necesita reconsiderar seriamente la viabilidad de su candidatura.
Aunque esas fuentes señalan que por ahora el presidente no ha cambiado su idea de pelear por la reelección, varios altos cargos demócratas han señalado al digital Axios que la creciente presión de los líderes del partido y de sus amigos íntimos persuadirá a Biden para que decida abandonar la carrera presidencial, incluso tan pronto como este fin de semana.
El atentado del pasado sábado contra Trump dio un ligero respiro temporal a Biden, que parecía dispuesto a aferrarse a la candidatura, ganada en buena lid en las primarias demócratas, pero puesta en cuestión tras su desastroso debate presidencial del pasado 27 de junio en Atlanta. Por unos días, dejó de ser el foco informativo, al tiempo que retomaba impulso y reemprendía la campaña. Pero la tregua ha durado poco.
Las alarmas saltaron al conocerse que el aparato del Partido Demócrata seguía dispuesto a aprobar una nominación telemática anticipada del candidato por la vía rápida, una decisión que tomó en mayo por un problema de plazos de inscripción en Ohio, que vencían el 7 de agosto. Una nueva ley estatal amplía el plazo de registro de los candidatos, pero como todavía no está en vigor, los demócratas no se fían y no quieren esperar a la convención demócrata, prevista del 19 al 22 de agosto.
El calendario de la votación telemática podía permitir tener designado formalmente al candidato la semana próxima, pero los congresistas se han rebelado contra esas prisas. El Comité Nacional Demócrata ha accedido a frenar el proceso al menos hasta principios de agosto, aunque su intención es aún que la nominación sea efectiva antes del día 7 de ese mes.
Entre quienes han presionado a favor de esa ampliación del plazo están los líderes demócratas del Senado, Chuck Schumer, y de la Cámara de Representantes, Hakeem Jeffries. Ambos se han reunido por separado con Biden y, según ha trascendido, le han trasladado el riesgo de sufrir derrotas en ambas Cámaras y las dificultades de que Biden derrote a Trump. En particular, según ABC News, Schumer defendió enérgicamente que lo mejor sería que Biden se retirara de la carrera el sábado por la tarde en una reunión en la casa de Biden en Rehoboth Beach (Delaware) y Jeffries le expresó una opinión similar. Un portavoz de Schumer calificó de “especulación vana” esa información, indicando que solo el presidente y el líder del Senado saben lo que se dijo en esa conversación.
Cuando Biden apeló al Señor Todopoderoso en una entrevista con ABC News, fue para rechazar un escenario que parece materializarse. El entrevistador, George Stephanopoulos, le preguntó si se retiraría en caso de que se lo pidieran los líderes demócratas del Congreso, a lo que Biden replicó que no lo iban a hacer. “¿Está seguro?”, le insistió Stephanopoulos. “Bueno, sí, estoy seguro. Mire. Si el Señor Todopoderoso bajara y dijera: ‘Joe, sal de la carrera’, yo saldría de la carrera. El Señor Todopoderoso no va a bajar”, contestó Biden.
A la lista de congresistas que piden que ceda el testigo se sumó el miércoles Adam Schiff, un representante de California muy cercano a Nancy Pelosi, expresidenta de la Cámara de Representantes. Pelosi, otro peso pesado del Partido Demócrata, ya tuvo una rara intervención la semana pasada en la que no se daba por enterada de que Biden había decidido mantener su candidatura. Posteriormente, según informó este miércoles la CNN, la expresidenta de la Cámara de Representantes le ha dicho en privado a Biden en una conversación reciente que las encuestas muestran que el presidente no puede derrotar a Trump y que Biden podría destruir las posibilidades de los demócratas de ganar la Cámara en noviembre si sigue buscando un segundo mandato.
La CNN fue la primera en informar del cambio de actitud del presidente. “Ha pasado de decir ‘Kamala no puede ganar’ a ‘¿Crees que Kamala puede ganar?“, según le dijo un asesor al canal de noticias. “Todavía no está claro dónde va a aterrizar, pero parece estar escuchando”, añadió.
Además, Biden está perdiendo el apoyo de los votantes de su propio partido, a tenor de las encuestas. Los primeros sondeos posteriores al debate indicaban que una mayoría de ciudadanos quería que se retirase de la carrera de la reelección, pero con una salvedad muy importante: la mayoría de los demócratas aún querían que siguiese.
Menos apoyo de los votantes
Eso ha cambiado. Una nueva encuesta realizada por Associated Press y NORC muestra que siete de cada diez adultos, incluido el 65% de los demócratas, opinan que Biden debería retirarse y permitir que su partido elija a otro candidato. Cada vez hay más dudas sobre la capacidad mental de Biden para ser un presidente eficaz, y pocos adultos creen que pueda ganar en noviembre.
La encuesta, que se realizó del 11 al 15 de julio, en su mayor parte completada antes del intento de asesinato de Donald Trump, muestra que un 57% de los ciudadanos dice que también el republicano debería retirarse de la carrera y permitir que su partido nombre un sustituto. Pero Trump mantiene el apoyo de su partido, con un 73% de los republicanos que dicen que debería ser el candidato. Biden se enfrenta a una mayor resistencia por parte de su partido, con solo un 35% de los demócratas diciendo que debería seguir en la carrera.
Con todos esos ingredientes en la coctelera, los mercados de predicción se han dado la vuelta. En Polymarket, la probabilidad que se concedía a la retirada de Biden era del 33% el miércoles a primera hora y ha pasado a ser del 72% este jueves. En PredictIt, la apuesta que domina es que Kamala Harris sea la candidata.
Biden ha ido añadiendo razones a la lista de motivos por los que podría retirarse, unos más en serio y otros como reducción al absurdo, como el caso de que le atropellara un tren. Dijo que renunciaría si se lo pidiera el “Señor Todopoderoso” (aunque lo hizo para rechazar la hipótesis de que se lo pidieran los congresistas). Pero a esas dos opciones ha añadido en diferentes momentos dos más: si creyera que no podía ganar y si fuera necesario por indicación médica. Los líderes del Congreso se muestran reacios a que repita, cada vez menos gente cree que pueda derrotar a Trump y la salud de Biden no pasa por su mejor momento.