Fiscalía busca que se quede en la cárcel.
AGENCIAS
CDMX
Carlos Ahumada Kurtz ha llegado a México este martes para enfrentar finalmente la justicia. Tras ser perseguido por años por las autoridades judiciales mexicanas, el empresario argentino aceptó la extradición desde su país para resolver los asuntos pendientes. La Fiscalía de la capital ha afirmado que el acusado “aún debe cumplir” un año y 10 meses de prisión por una antigua condena que tuvo por fraude genérico. Además, esperan que pague 30 millones de pesos por reparación del daño. Ahumada fue liberado después de pisar territorio mexicano y el Ministerio Público espera que se presente voluntariamente ante el juez este martes a las 13.00 horas. La defensa alega que la pena ya prescribió y espera resolver el asunto en el transcurso de esta semana.
“Personal de la Fiscalía notificó a Carlos Agustín ‘N’ una invitación para que se presente voluntariamente ante el Juez de Ejecución, con la finalidad de conducirlo al cumplimiento de la pena que le resta por compurgar en un centro penitenciario”, informó la dependencia en un comunicado en el que detalló que se trasladaron al hangar de la Fiscalía General de la República (FGR) en el aeropuerto de la ciudad para encontrarse con el empresario a su llegada. En ese momento, siempre de acuerdo a la versión oficial, Ahumada prometió presentarse ante el juez en las próximas horas. Algo que rechazó su abogado, Enrique Ostos. El defensor ha rechazado en entrevista con Carmen Aristegui el comunicado de las autoridades, y ha señalado que presentarán este martes un escrito al juez para pedir un acuerdo que le permita mantenerse fuera de prisión.
Ahumada ha aceptado venir a México después de que sus defensores obtuvieran un amparo para suspender la medida de aprehensión en su contra. El argentino fue detenido el mes pasado en Panamá por una ficha que mantiene la Interpol, aunque el Gobierno mexicano no pudo pedir su extradición porque “no tenía materia” suficiente, según confirmó Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad. Las autoridades nunca detallaron cuáles eran las causas pendientes del empresario, aunque sí reconocieron que muchos de esos delitos había ya prescrito. “Si fuera cierto que le falta cumplir una parte de la pena, con la suspensión no tiene la obligación de entrar al reclusorio”, ha explicado Ostos en el programa de radio, “la pena proscribió en 2013″. El abogado ha señalado que “en el peor de los casos” podrían sustituir lo que le queda por cumplir por una multa.
El empresario argentino, que llegó a codearse con las altas esferas de la izquierda mexicana a principio de siglo, llevaba varios años fuera del radar cuando en 2019 fue detenido en Buenos Aires. Con la información enviada por las autoridades mexicanas, la justicia argentina evaluó el pedido de extradición y, en un principio, lo descartó. Luego lo admitió, con nueva información en mano, pero Ahumada logró ampararse en su país de origen y consiguió que las acusaciones se enjuiciaran en Argentina, donde permanecía en libertad.
La Fiscalía mexicana le acusaban de defraudar al fisco 1,4 millones de pesos, unos 63.000 dólares. Pero sobre esa causa judicial, el fiscal argentino Guillermo Marijuan, que estuvo a cargo de la causa de extradición, explicó a EL PAÍS que la solicitud carecía de sustento porque “se lo estaba pidiendo por la no presentación de unas declaraciones juradas, y esta persona se presentó y hasta pagó una multa”. Según el expediente judicial enviado a Buenos Aires, Ahumada demostró que el dinero por el cual se le reclamaba no correspondían a ganancias hechas en México, sino a movimientos entre cuentas propias. Solo le quedó por justificar 2.840 pesos, que junto a los recargos y una multa sumaban unos 5.500 pesos, unos 250 dólares. Este periódico consultó a la FGR si el argentino tenía alguna causa pendiente en esa dependencia, pero no recibió respuesta. La Fiscalía capitalina, por su parte, confirmó que solo lleva la causa de fraude genérico.
Ostos ha detallado que presentarán un pedido al juez para cancelar el proceso penal por fraude genérico y fraude continuado por la cantidad de años que han pasado desde entonces. El empresario argentino formó parte a inicios de los 2000 de un pequeño círculo que rodeaba a los dirigentes del Partido de la Revolución Democrática (PRD), que entonces gobernaba el Distrito Federal y gran parte de las delegaciones que lo componían. Dueño del Grupo Quartz, una empresa constructora, llegó a tejer una extensa red de poder entre sus negocios y decenas de funcionarios. Por aquellos años recibió varios contratos de obra pública durante algunas administraciones del PRD en la capital, entre ellas el Gobierno de Robles.
En 2004, Ahumada se convirtió en enemigo de la izquierda mexicana al exponer unos videos en los que se le veía en su despacho pagar sobornos a operadores del PRD. El caso conocido como los videoescándalos ensució la carrera de varios colaboradores cercanos al presidente Andrés Manuel López Obrador, que entonces ocupaba la Jefatura de Gobierno de Ciudad de México. Las consecuencias de aquella jugada le llevaron a pasar un período corto en prisión, mismo que ahora se le acusa de no haber completado. En entrevista con este periódico en 2020, el empresario reprochó el cerco judicial y aseguró que le estaba persiguiendo “por venganza y sin ninguna prueba jurídica”.