Rebasa por mucho el mínimo de áreas verdes por habitante que recomienda la OMS.
Juan David Castilla Arcos
Xalapa
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que por habitante existan mínimo entre nueve y 12 metros de área verde; sin embargo, en Xalapa hay alrededor de 39 metros cuadrados por habitante.
La capital de Veracruz cuenta con más de 396 áreas verdes, representadas en más de 250 hectáreas de superficie.
Pese a lo anterior, el municipio de Xalapa superó las metas planteadas respecto al número de árboles sembrados, como parte de la campaña permanente de reforestación que lleva a cabo el ayuntamiento.
El objetivo era plantar cinco mil ejemplares cada 12 meses, es decir, 20 mil durante el cuatrienio del presidente municipal Pedro Hipólito Rodríguez Herrero.
Sin embargo, de acuerdo con Magdaleno Mendoza Hernández, jefe del Departamento de Biodiversidad y Cambio Climático, hasta el momento, han sido sembrados 22 mil 888 árboles.
“Ya llevamos rebasada la meta con más de dos mil 800 árboles. Esperamos que al final de la administración tengamos plantados alrededor de los 25 mil árboles”, platica en las oficinas municipales que se encuentran dentro del parque ecológico “El Haya”.
El actual gobierno municipal no sólo se ha preocupado y ocupado en la cantidad de árboles que serían plantados, sino también, en que la mayoría de ellos sobrevivan.
“Por eso, en los viveros forestales, con los que cuenta el ayuntamiento, se implementaron diferentes estrategias, técnicas y metodologías, para incrementar el tamaño de los árboles y, de tal forma, que cuando estén siendo plantados tengan una altura de hasta de tres metros, los árboles de esta altura tienen más posibilidades de sobrevivir”, menciona el funcionario municipal.
El 70% SOBREVIVE
Lo anterior ha permitido garantizar una supervivencia de más del 70%, es decir, de cada 100 árboles, al menos 70 están vivos.
Se trata de especies nativas, sobre todo encinos, fresnos, hayas, liquidámbar, guajes, robles y primaveras, mismos que han sido plantados en camellones, parques ecológicos, glorietas y áreas verdes.
“Por ejemplo, en la avenida Primero de Mayo se hizo una intervención integral del arbolado, se dictaminó el retiro de los árboles muertos y esa avenida actualmente cuenta con más de 35 árboles nuevos, con tallas de cuatro o cinco metros”, añade Mendoza Hernández.
En el parque El Haya se han plantado 85 árboles, 35 en Los Berros y más de 200 en el cerro de Macuiltépetl. Pero también han sido reforestadas algunas partes de los parques La Loma, Los Tecajetes, Bicentenario, La Alameda y La Señoría.
“Aquí en el parque ecológico El Haya se han realizado también acciones de reforestación, seguramente se han plantado alrededor de 85 árboles en diferentes etapas de la administración”.
El Ayuntamiento destinó un presupuesto de entre ocho y nueve millones de pesos al año a la Subdirección de Medio Ambiente para diferentes acciones, como el mantenimiento de parques y jardines, el fomento de la educación ambiental y la reforestación y mantenimiento del arbolado.
ELEVAN PRODUCCIÓN
La administración municipal anterior sembró menos de mil árboles durante los cuatro años de gobierno, situación que se mejoró de manera significativa en el último periodo.
“Cuando nosotros recibimos la administración teníamos solamente un vivero forestal, solamente uno y tenía árboles envejecidos y con las raíces enrolladas, que no eran adecuados para plantar”.
A seis meses de que concluya la actual administración, fue entregado un nuevo vivero con una capacidad de producción de 150 mil árboles.
“Es decir, rehabilitamos el que teníamos y entregamos uno nuevo con capacidad diez veces más de lo que se tenía aquí”.
El vivero forestal del parque El Haya tiene una capacidad de producción de 15 mil árboles, mientras que el otro, ubicado en el fraccionamiento Valle Real, en la zona sur de Xalapa, puede producir una cifra diez veces mayor de árboles.
“Actualmente ya tiene alrededor de ocho mil 500 árboles producidos (nuevo vivero), listos para empezarse a reforestar el siguiente año, pero al terminar la administración seguramente serán 15 mil árboles los que estén listos”, externa el jefe del Departamento de Biodiversidad y Cambio Climático.
PERSONAL CAPACITADO
Al inicio de este Gobierno municipal, se detectó que el personal carecía de capacitación para llevar a cabo los trabajos respecto al cuidado de la salud de los árboles y la armonización de su interacción con el medio urbano.
Ni siquiera se contaba con un formato de valoración para determinar las condiciones de cada árbol y garantizar su mantenimiento.
“No había una capacitación, no había formato de valoración, no se elaboraban dictámenes exhaustivos, como se elaboran ahora. Nosotros hemos recibido capacitación por el Instituto de Ecología (Inecol), desde inicios de la administración nos preocupó mucho la falta de técnica, la falta de conocimiento para hacer ese trabajo”, agrega Mendoza Hernández.
Después de que inició la pandemia del SARS-COV-2 (COVID-19), a finales de marzo de 2020, todo el personal del Departamento recibió un intenso curso impartido por el fundador de la Asociación Española de Arboricultura, durante una semana, para conocer temas sobre manejo del arbolado.
“También intercambiamos mucha información con la asociación mexicana de arboricultura y con diferentes expertos en diferentes puntos del país. Es decir, a diferencia de cuando llegamos, nuestro personal está en un buen nivel, conoce muy bien las especies, en este momento cualquiera del personal te podría decir qué especies hay alrededor de este sitio, qué necesidades tienen, de acuerdo a su intervención y al lugar donde se ubican, todo eso lo podemos hacer”.
Magdaleno Mendoza recuerda que, en el medio urbano, los árboles enfrentan una situación distinta a la de un bosque y su falta de mantenimiento y deterioro representan un riesgo para la población.
PRECISA VALORACIÓN
Afuera de su oficina, bajo árboles de más de diez metros de altura, el jefe del Departamento muestra el formato de valoración para determinar si un árbol representa un riesgo.
“Evalúa no solamente el potencial de caída, es decir, que a partir de los daños que tenga en el sistema radicular o el tronco, el árbol pueda caer, también evaluamos el potencial de accidente que analiza lo que hay en el entorno y que puede provocar algún daño material o a la vida de las personas”, explica.
Por ello, fue diseñado el Programa de Mantenimiento Integral del Arbolado Urbano, mismo que es aplicado, de manera sistemática y con criterios científicos.
“Los ciudadanos pueden traer solicitud aquí a la oficina, pueden llamar por teléfono, pueden enviar su solicitud vía correo electrónico y muchas veces atendemos llamados que vemos en las redes sociales. Los ciudadanos, por mucho, son nuestros ojos en toda la ciudad porque tampoco tenemos todo el personal para verificar todo el arbolado”.
Xalapa es una de las ciudades más arboladas del país y, por ello, resulta aún más complicado la supervisión de cada ejemplar.
Después del registro de cada solicitud, se agenda una visita y se lleva el formato de valoración con más de 74 variables, con criterios de arboricultura urbana.
“Después de la valoración en campo, se hace un dictamen y el dictamen indica la situación física del árbol y la recomendación. Las recomendaciones pueden ir en dos sentidos: uno, la intervención del árbol mediante una poda, que es retirar alguna rama con desgajamiento, con una pudrición, obstruyendo una luminaria o, incluso, ramas que están plagadas con muérdago que debilitan al árbol y lo llevan a la muerte. Dos, cuando el árbol está muerto, cuando presenta daños estructurales, en el dictamen se especifica que el árbol requiere retiro por motivos de seguridad”, detalla.
PLANEACIÓN
Mendoza Hernández refiere que la sustitución de un árbol no siempre se lleva a cabo en el mismo lugar, como parte de una estrategia para evitar los mismos daños que pudo haber ocasionado un ejemplar.
“Se recomienda en ese momento la sustitución, esto es algo que los ciudadanos siempre cuestionan, la sustitución no siempre es en el mismo sitio, porque si yo estoy retirando un árbol muerto o que representa un alto riesgo porque hay líneas de alta tensión, porque hay un jardín de niños, no puedo plantar un árbol en el mismo lugar”.
Al año, se reciben mil 600 solicitudes ciudadanas para que se efectúen las valoraciones correspondientes; sin embargo, éstas no equivalen a un árbol, toda vez que puede tratarse de un parque completo, un camellón o toda una avenida.
De manera reciente, derivado de lluvias y vientos fuertes, cayó un árbol sobre la avenida Lázaro Cárdenas, frente a una plaza comercial, en la zona de Las Trancas, situación por la cual el personal municipal decidió intervenir toda la zona.
“Hubo lluvias y vientos que nos alertaron que había árboles en situación de riesgo, cayó uno frente a una plaza comercial y decidimos intervenir toda la avenida en conjunto. Se hizo valoración, se hizo dictamen y se retiraron todos los árboles muertos y se sustituyó todo lo que fuera necesario”.
CAE ÁRBOL HISTÓRICO
Eran las 7:00 de la mañana del martes 22 de junio, cuando se recibió un reporte ciudadano en las oficinas de la Dirección de Protección Civil (PC) del Ayuntamiento por el desgajamiento de un árbol sobre la calle Paseo de las Palmas, en la zona de la avenida Orizaba.
El personal se trasladó al punto y encontró que más del 60% del tronco del árbol, especie hule (ficus elástica), había colapsado por razones naturales.
“En la base tenía una pudrición muy avanzada y esto ocasionó que, con las lluvias, el reblandecimiento y el estado avanzado de pudrición, esta parte del árbol colapsara, y no solamente colapsó la parte podrida, como estaba adherida a partes vivas también colapsaron partes que aparentemente estaban en buen estado de salud, pero el desgajamiento fue completo en más del 60%”, recuerda Magdaleno Mendoza Hernández.
El servidor público recibió el reporte y acudió al lugar personalmente, donde detectó una situación de riesgo que ameritaba una intervención mayor.
“Lo primero que recibo es un dictamen de Protección Civil. Oye, estamos identificando
riesgo civil, es decir, que el árbol, la parte que quedó en pie, puede volver a colapsar por motivos de un viento, por motivos de una lluvia y junto están las líneas de media tensión, el paso peatonal en la parte de abajo y el arroyo vehicular”.
El jefe del Departamento de Biodiversidad y Cambio Climático menciona que afortunadamente la parte del árbol cayó durante la madrugada, cuando el paso de personas y automóviles es menor.
“Si el árbol hubiera caído a mediodía donde el Paseo de las Palmas tiene visitantes constantes, recorriendo los andadores, podríamos estar hablando de una desgracia. Te voy a decir una cosa, no retirar el árbol en una situación así conlleva una responsabilidad civil”.
PENA DE CÁRCEL
En el supuesto de que una o varias personas hubiesen fallecido por la caída del árbol, el funcionario responsable de dicha “omisión” sería castigado con cárcel por no haber tomado la decisión que impidiera la tragedia.
“Me van a cuestionar: ¿tenías un reporte de Protección Civil y no actuaste?, oye, eso es suficiente para que tú seas responsable del accidente. El castigo sería cárcel, homicidio culposo, entre 25 y 30 años de prisión”.
Magdaleno considera que es respetable el cariño de las personas hacia los árboles y la necesidad de que la población se sume a la conservación de los mismos; sin embargo, enfatiza que dicho sentimiento no puede anteponerse a la vida de una persona.
En ese sentido, exhibe cinco carpetas con procedimientos de reclamación por daños a bienes particulares y personas por la caída de árboles.
“Pongo un ejemplo, solo una rama de metro y medio de largo, en la avenida Maestros Veracruzanos, un árbol de la misma especie que en la avenida Orizaba, solo una rama, cinco centímetros de diámetro, cayó de manera vertical atravesó el techo del coche, pasó por en medio de las piernas del conductor, atravesó el piso del taxi, le pasó rozando la pierna y lo dejó incapacitado por tres meses. El Ayuntamiento tuvo que hacerse cargo de los gastos de salud y los daños materiales”.
Los árboles que caen con más frecuencia ante vientos y lluvias son: jacarandas, tulipanes africanos, araucarias, casuarinas, cipreses y hules, mismos que no son nativos y no están adaptados a la cantidad de humedad que hay en la capital del estado.