*Son víctimas del engaño de constructores tanto compradores de fraccionamientos residenciales como de interés social
*Procesos podrían derivar en sanciones de hasta un millón de pesos
Naldy Rodríguez
Xalapa
Falta de agua potable, áreas verdes y accesos, daños estructurales en vivienda, mala calidad del material, son las principales promesas incumplidas por constructoras privadas hacia las familias veracruzanas.
La mayoría de las quejas que atiende desde el año pasado la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) se han presentado en las zonas conurbada Veracruz-Boca del Río y Xalapa-Banderilla-Emiliano Zapata.
Lo mismo compradores de fraccionamientos residenciales que de interés social son víctimas del engaño de constructores como Enrique Rechy Zárate y las empresas Homex, Aguayo y Geo.
"Vienen y se quejan que no me han entregado la casa, que no estaba bien la ventana, que las puertas o interiores no son de mi satisfacción, y otros que en los contratos que hicieron definitivamente no hubo cumplimiento", señaló el delegado de la Profeco en Veracruz, Gilberto Ojeda.
En entrevista para El Heraldo de Xalapa, advirtió que varios casos que tienen en proceso podrían derivar en sanciones económicas, las cuales ascienden al millón de pesos.
"A todas les damos la debida atención para que después de la cita, vengan los representantes legales, nos digan los motivos por los que no han cumplido e iniciamos procedimientos que seguramente culminan en una fuerte sanción económica", dijo.
El funcionario federal explicó que hay dos formas de poner quejas, de forma colectiva y se debe acudir a oficinas centrales de la Profeco, como lo han hecho decenas de consumidores de diversos puntos del país.
De forma particular las quejas de consumidores que no han sido bien atendidas por las inmobiliarias o constructoras, se deben interponer en las oficinas de la delegación, aclaró.
"Y desde luego, las quejas que estamos recibiendo en la delegación de forma particular", confirmó.
Para el encargado de Profeco en Veracruz, la dependencia ha servido de contrapeso para evitar los fraudes de las constructoras y muchas de las quejas que reciben las llegan a conciliar con el comprador.
Otros casos, mencionó, en las sentencias que imponen han podido entregar casas a los afectados, como los que han presentado queja en la zona del aeropuerto de Veracruz.
"Ha mejorado de años atrás, que hacían lo que querían con la gente, ahora hay cuando menos un contrapeso importante que es la Profeco", concluyó.
Promesas rotas
El fraccionamiento campestre El Porvenir, ubicado unos metros antes de llegar a la Central de Abastos de Xalapa, es un ejemplo del fraude que llegan a cometer constructores e inmobiliarias.
Hace algunas semanas, los vecinos de este espacio residencial decidieron romper el silencio y exhibir los engaños de los que eran víctimas: falta de áreas verdes y obras de saneamiento.
Molestos, colocaron mantas en diferentes puntos del complejo habitacional, que se caracteriza por los árboles que lo rodean, para advertir a futuros compradores que desistan de su intención de adquirir un terreno en ese lugar.
Al adquirir la propiedad se les prometió a más de 30 familias "exclusividad", áreas verdes, una “casa club” o centro deportivo, un kiosko y otros espacios en común para el uso ilimitado de todos los vecinos.
Ahora las áreas que serían de uso común planean fraccionarlas y venderlas como una segunda etapa del fraccionamiento, con el nombre de El Porvenir Residencial.
En Emiliano Zapata, la inmobiliaria Aguayo también dejó promesas sin cumplir con los compradores de lotes del fraccionamiento La Laguna.
Por años, los vecinos han mantenido una lucha con autoridades municipales y hasta habitantes de la zona, primero por tener agua (ni siquiera potable) y después por el acceso principal que comunica con una docena de viviendas localizadas en la parte posterior.
Debido a las irregularidades que dejó la constructora, el fraccionamiento sólo se encuentra habitado en 20 por ciento, de los 80 lotes que se fraccionaron en un inicio; unas casas lucen abandonadas o en venta, y varios lotes sin utilizarse.
"Yo compré en 2002. La queja principal es el agua, iba a ser agua potable, y ahora cada vecino tiene que comprar su filtro", explicó Alfredo Quintana, representante de los vecinos que habitan el lugar.
Hasta la fecha, el agua en el fraccionamiento no es potable, tienen acceso al líquido sucio y proveniente de un cuerpo de agua de la zona de Emiliano Zapata.
Otro de los vecinos señaló que también se encontraron con banquetas y calles de mala calidad, por lo que ya se ha levantado la carpeta asfáltica y en algunos tramos presenta grandes hoyancos.