*Las políticas públicas y programas preventivos han ayudado a reducir la delincuencia juvenil, coincidieron expertos
*Advierten que faltan reglas familiares y fortalecer la figura paterna
Naldy Rodríguez
Xalapa
Aunque Veracruz tiene avances legales y asistenciales para atender a los niños y niñas en conflicto con la ley penal, aún falta atender el problema de fondo que se origina por la ausencia de padre y la falta de control de la familia, opinaron expertos.
Durante la mesa de análisis convocada por Grupo Editorial Sánchez sobre menores infractores, la procuradora de la Defensa del Menor, la Familia y el Indígena del DIF estatal, Adelina Trujillo Landa, y el secretario de Acuerdos de la Sala de Responsabilidad Juvenil del Poder Judicial, Roberto Eduardo Sigala Aguilar, coincidieron también en que hay una reducción de la delincuencia juvenil y una mejor atención del problema.
Las políticas públicas, programas de prevención (ocho que lleva el DIF estatal dirigidos a menores de edad) han incidido de forma positiva para que niños y jóvenes no cometan actos fuera de la ley, coincidieron.
Y quienes incurren en un acto ilícito con consecuencias jurídicas, reciben atención y tratamiento por parte del Estado, para que al terminar la sanción o el internamiento puedan “enfrentar” a la sociedad, concordaron en el foro moderado por el director de esta casa editorial, Rubén Pabello Rojas.
Para el integrante del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana (UV), Ricardo García Valdez, hay mucha violencia que no queda registrada, “una violencia suave” como el bullying. Y esto originado, en parte, por la falta de la figura paterna o la ausencia de reglas.
“Si por algún motivo algo falló (la ley paterna), el niño se queda en la conducta destructiva, son sádicos”, explicó el psicólogo.
Ausencia paterna, la falla
El investigador y académico de la UV, Ricardo García, explicó que el niño no es una entidad organizada, para él todo es goce, por eso requiere de “leyes” paternas y la figura moral del “padre”.
Explica que existe “un padre real”, “uno simbólico” y uno “imaginario”, y ante la ausencia de alguno de ellos o de los tres, instituciones como el DIF deben asumir la figura paterna, pero queda bastante limitado y con carga muy fuerte.
Otra problemática general, es que existe una sociedad que no siente culpa y todos los días se infringe aunque sea un poco la ley. Esa regulación moral es la que falta, advierte.
“El delincuente ideal es el que ingresa con un sentimiento de culpa para que se pueda rehabilitar. Pero la mayoría dice: Soy inocente, el castigo es venganza o rencor social”.
La modernidad, comentó, ha traído drogas sintéticas, pero también distintos modelos de familia, pero debe prevalecer la función de los padres.
Desde la academia hizo una autocrítica, porque se han encargado de evaluar y hacer diagnósticos, pero hay poca incidencia para solucionar los problemas.
Prevención desde las instituciones
La procuradora de la Defensa del Menor, la Familia y el Indígena del DIF estatal, Adelina Trujillo Landa, destacó que desde el Gobierno de Veracruz han implementado programas para disminuir la delincuencia juvenil.
Precisó que desde los tres ámbitos de Gobierno se realizan trabajos como la capacitación. Específicamente, dijo, tienen ocho programas dirigidos a menores de edad.
Durante su intervención, la servidora pública reconoció que no puede desaparecer la historieta de ninguna persona, menos la de un niño, son parte de ellos, pero se debe tratar de incidir como institución y como sociedad para que puedan superarlo y tener opciones para el futuro.
La funcionaria del Sistema Estatal Para el Desarrollo Integral de la Familia aseguró que sí se ha registrado una disminución de los menores de edad que cometen delitos y deben enfrentar un proceso legal.
Independientemente de la edad en que se llegue a cometer una infracción, para el DIF estatal, acotó, siguen siendo menores, por eso trabaja en la prevención, para tratar de que no cometan ningún acto fuera de la ley.
Sí hay rehabilitación
Para el secretario de Acuerdos de la Sala de Responsabilidad Juvenil del Tribunal Superior de Justicia del Estado (TSJE), Roberto Eduardo Sigala Aguilar, los adolescentes que cumplen una sentencia sí logran rehabilitarse y reinsertarse a la sociedad como gente de bien.
Sin ser un “hotel de lujo”, explicó que el Centro de Internamiento Especial para Adolescentes, ubicado en Palma Sola, cuenta con instalaciones dignas y programas de capacitación para el trabajo y para que continúen sus estudios. Algunos, al salir, han llegado a estudiar la licenciatura en Derecho.
“Yo le puedo decir que sí…porque los niños desde que llegan a este centro de internamiento los enseñan a ser gente de bien, me ha tocado irlos a ver haciendo repostería, pan, pizza, hacen computación”, comentó.
Recordó que desde 2014, la sala de Responsabilidad Juvenil ya sólo atiende casos del fuero común, pero durante ocho años también resolvieron denuncias de tipo federal.
Ahora, aseguró, se han reducido los casos que atienden, en parte porque las víctimas ya no quieren ir a ratificar la denuncia, pero en general la incidencia es menor.
“Los delitos federales estaban a la alza, pero los asuntos se han ido reduciendo, porque ahora vemos delitos locales, pero ya no son en la misma cantidad que eran antes”, insistió.
En algunos casos, lamentó, lo que también se ha reducido es la edad en la que los adolescentes incurren en alguna infracción.
Recordó que para efecto de las sanciones y medidas cautelares, los dividen en dos grupos: 12 a 14 años y de 14 a 18. Y la privación de la libertad es la última medida sancionadora que llegan a tomar los jueces, antes tratan de implementar otras acciones.
Se trata, dijo, de una etapa de garantía y control, donde se garantizan todos los derechos de los menores de edad.