*Catedrático universitario considera que la enseñanza es una forma de vida
Luz Domínguez
Xalapa
Criado por una familia de profesores, Miguel Ángel Elorza Vásquez, maestro universitario, desarrolla su gusto por la docencia desde muy temprana edad, con una gran lista de ejemplos a seguir como García Márquez, Carlos Monsiváis, Juan Rulfo y Jenaro Villamil.
Una de las partes fundamentales de su vida es la lectura, motivo por el que se convirtió en escritor gracias a que sus padres y abuelos, inculcaron en él el hábito de la lectura.
Elorza, quien imparte clases en educación superior desde hace seis años, cuenta que desde muy pequeño su familia le leía y así desarrolló su gusto, tanto por la lectura, como por la escritura.
El catedrático relata de una manera muy filosófica y particular, la forma en que la docencia ha cambiado su forma de ser y de pensar, incluso, su vida.
La docencia se ha convertido en un estilo de vida para este joven y experimentado personaje, además de que vive en función de sus estudiantes.
-¿Por qué dedicarse a la docencia?
- Porque vengo de una familia de profesores, mi abuelo fue profesor hasta el día de su muerte, mi abuela fue profesora durante 50 años y mis padres fueron profesores mucho tiempo. Además creo firmemente que la única manera de cambiar al país es a través de la educación.
-¿Desde cuándo comenzó a escribir?
-Desde niño, en Oaxaca había un diario que los domingos publicaba un suplemento que estaba hecho por niños y ahí fue donde empecé a escribir mis primeras colaboraciones.
-¿Por qué comenzó a escribir?
-Uno lee tantos libros, que termina por escribirlos. Ahora lo veo como una necesidad. Siempre tuve ganas de contar historias como las que me leían de niño, Hansel y Grettel o Barba Azul, por ejemplo.
-¿Algún autor le ha servido de inspiración?
-García Márquez tiene una frase excepcional que me encanta, dice: "Todos los días lo único que he hecho es levantarme y escribir con el único arsenal que son las 27 letras de abecedario", y ese es mi proyecto de vida, todos los días escribir.
-Si tuviera que elegir entra la docencia y la escritura, ¿con cuál se quedaría?
-Con la escritura, porque es mi proyecto de vida, no hay momento más feliz en mi vida que cuando estoy en mi estudio, enfrente de la computadora, leyendo y con un montón de libros al lado, eso es lo más feliz que hay para mí y el momento en que siento que me desenvuelvo más y que estoy cumpliendo con la misión de mi vida.