*En su tradicional homilía dominical, el arzobispo de Xalapa hizo un reconocimiento a las madres
*Quieren mucho, se dan mucho y reciben poco
Yhadira Paredes
Xalapa
Tras asegurar que el amor es el motor que mueve al mundo, el arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, reconoció que prueba de ello es el que entrega de manera incondicional una madre a sus hijos y a su familia.
En su tradicional homilía dominical en la Catedral de Xalapa, Reyes Larios sostuvo que la primera que entrega su amor por completo es la madre a sus hijos.
“La mamá es la que nos enseña a amar, por eso es importante que las mamás se sientan queridas”.
De ahí que hiciera un llamado a los varones a querer, apapachar y consentir a sus esposas, a las mujeres y dar mucho cariño a sus hijos, toda vez que un niño querido, dijo, es un ser seguro, con capacidad de afrontar la vida, que sabe a quién recurrir ante cualquier circunstancia y problema que tenga en la casa, escuela o en la calle.
En ese sentido, el prelado católico aseguró que si bien los hombres y mujeres son débiles y pecadores, cuando sienten el amor de Dios pueden actuar de un modo diferente.
Recordó uno de sus mandamientos principales: “ámense unos a otros como yo los he amado”, porque, dijo, la gente se da cuenta cuando alguien lo quiere o no.
“Las mamás quieren mucho, se dan mucho y reciben poco; las mamás se entregan; también hay mamás mandonas, y no son undulce, algunas son sumamente exigentes, pero lo hacen porque nos quieren”.
Finalmente, Reyes Larios afirmó que las madres son polifacéticas, pero todo lo hacen por amor a su familia y al igual que Dios, quien nos ama y castiga sin palo ni cuarta.