Redacción/
Xalapa.-
El 20 de abril de 2008, los entonces secretaria de Educación Pública, la panista Josefina Vázquez Mota, gobernador, Fidel Herrera y rector de la Universidad Veracruzana, Raúl Arias Lovillo pusieron en Ixhuatlán de Madero –a 391 kilómetros de Xalapa- la primera piedra de la Universidad Veracruzana Intercultural (UVI), la que según Arias sería un “modelo nacional en educación a comunidades indígenas”, 6 años después dicho inmueble no ha podido ser concluido y peor aún, la actual rectoría, no se ve ocupada, ni preocupada en concluir está UVI y otros 3 planteles más, ubicados en zonas marginales de Veracruz.
Al igual que la UVI-Huasteca (bautizada así por autoridades universitarias), tampoco han podido ser concluidas los inmuebles de la Universidad Intercultural (UVI) de Las Selvas en los Tuxtlas. Faltan además, otros tres millones de pesos para la UVI sede Las Grandes Montañas –zona serrana de Zongolica- y cinco millones 400 mil pesos más para concluir el plantel del Totonacapan, según datos proporcionados en la solicitud de información número 088, otorgada por la propia Universidad Veracruzana a través de la Ley de Transparencia.
Ajeno a la etiquetación de recursos para fortalecer y equipar la educación indígena, la UV también reconoce que hace falta construir un edificio en Facultad de Matemáticas y Física con costo de 37 millones 600 mil pesos.
Pendiente está el Instituto de Investigaciones Educativas y el Sistema de Enseñanza Abierta (SEA) por un monto de 18 millones de pesos; el único pendiente que ha podido solventar la actual rectora, Sara Ladrón de Guevara es el “traspaso” de la Facultad de Pedagogía, del viejo inmueble de humanidades a uno nuevo ubicado en Arco Sur, y que realizó la Dirección de Proyectos, Construcciones y Mantenimiento de la UV.
Falta aún, la remodelación del Hospital de Maternidad y Obstetricia, perteneciente a la UV, la obra ya cuenta con un proyecto de remozamiento, lo que no hay es el recurso, por tanto, continúa sin operar al cien por ciento, pues no cuenta con equipo de rayos X, ni tampoco quirófanos para la atención de partos.
Ante estas carencias, Ladrón de Guevara ha reconocido en todo momento que es por la falta recursos, porque en otros inmuebles no hubo mantenimiento en el pasado y en contraste, hubo subejercicio de recursos.
Sin embargo, la rectora de la Máxima Casa de Estudios no ha querido barrer para atrás, pese a que la Auditoría Superior de la Federación (ASF) detectó en 2013 irregularidades por 364 millones de pesos en la cuenta pública del 2012 y por ello emitió un dictamen negativo para la institución; Ladrón de Guevara prefirió permanecer omisa y ajena al escándalo.
En su dictamen, la ASF señala que el Gobierno federal –a través de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP)- entregó mayores recursos para que la UV incrementara la matricula estudiantil, la administración de la universidad no lo hizo, eso sí, incrementó plazas de docentes, pero no justificó en que se gastó el resto del dinero.
En contraparte y donde sí hubo recursos a manos llenas fue en la construcción de la Sala de Conciertos Tlaqná, cuyo costó se elevó a 430 millones de pesos, cuando la estimación original del proyecto era de 224 millones.
Aunque ya fue desincorporado de los egresos de la Universidad Veracruzana (UV), en el equipo profesional de Halcones Xalapa, la institución invirtió durante 6 años, alrededor de 55 millones de pesos anuales, en la nómina de jugadores, mercadotecnia del equipo, viáticos y traslados. Documentos oficiales, señalan que había jugadores cuya nómina mensual superaba los 325 mil pesos mensuales, casi 8 veces más de lo que percibe un investigador de la UV.
Así la recibió…
Según los nuevos directivos de la UV –invitados por Sara Ladrón de Guevara- la actual rectora ha tenido problemas para tomar las riendas de la institución, pues la recogió con inmuebles antiguos, abandono en infraestructura, deterioro en sus instalaciones, investigadores improductivos, directivos acomodados por “padrinos políticos”, gastos innecesarios y sobre todo “atraso en obras” y “malos manejos administrativos”, en los cuales –apuntan sus aliados-, ella no puede hacer nada, “porqué ni modo que se pelee con los amigos del exgobernador”.
Una muestra de la evasión de Ladrón de Guevara ocurrió el pasado 4 de junio, cuando el “encanto” de la nueva rectora empezaba a decaer y la crisis comenzaba a arreciar, la titular de la Máxima Casa de Estudios aseguró a reporteros locales que ya no volvería a dar entrevistas “banqueteras” o de “pasillo”, para evitar distorsionar la información.