JUAN DAVID CASTILLA
XALAPA
La erosión costera continúa siendo un grave problema en el estado de Veracruz, donde los pobladores de algunas comunidades han tenido que abandonar sus viviendas y su actividad pesquera debido a las afectaciones que esto genera.
Un ejemplo de esto se reporta en la localidad Las Barrancas, municipio de Alvarado, cerca de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río.
De acuerdo con Nancy Lizett Ochoa Tello, representante de Las Barrancas, anteriormente contaban con aproximadamente 150 metros de playa y colindaban con otras comunidades vecinas; sin embargo, debido a la erosión costera, se perdió esa comunicación.
“Eran nuestras vías de comunicación con otras comunidades para poder salir a lo que es el puerto de Veracruz, a recibir atención médica, incluso educación para los niños”, comentó.
A pesar de los daños en la zona, la gente continúa continua con su actividad pesquera, aunque han modificado su dinámica.
“Por eso digo que somos muy resilientes porque a pesar de la situación seguimos en pie de lucha, seguimos caminando, trabajando, pidiendo apoyo a los tres niveles de gobierno, quienes conocen toda la situación y la problemática que vivimos”.
Nancy Lizett participó en la tercera sesión del seminario virtual Uniendo Comunidades a través del Mar: El Corredor Arrecifal del Suroeste del Golfo de México, organizado por la Red Corredor Arrecifal, que profundiza en la problemática de los hidrocarburos y gasoductos en el Golfo de México y las afectaciones a los arrecifes y las comunidades pesqueras.
BARRERAS NATURALES
Allí, reveló que los habitantes se organizaron para llevar a cabo acciones de conservación de los arrecifes en las costas veracruzanas, los cuales son considerados una barrera natural ante la formación de fenómenos meteorológicos y huracanes.
“Para nosotros los arrecifes son todo, yo considero que si Las Barrancas no estuvieran dentro del Parque Nacional del Sistema Arrecifal Veracruzano, si no estuviéramos dentro de esta área natural protegida, yo creo que ya Las Barrancas ya no existirían”, enfatizó Nancy Lizett.
La barrera de arrecifes en el lugar resulta un mecanismo de protección, ya que los huracanes y los “nortazos” no impactan de manera directa a la localidad Las Barrancas.
“Es por eso una prioridad para nosotros cuidar los arrecifes porque nos protegen y también nos dan seguridad y soberanía alimentaria. Nosotros como pescadores vivimos de los arrecifes, de ahí sale nuestro alimento y el sustento para muchas familias, no solo de Las Barrancas, sino a nivel nacional e internacional, somos un sector pesquero muy productivo, que lleva el alimento a muchas familias, ya sea de manera directa o indirectamente”.
Los pobladores no han recibido ayuda por parte de los gobiernos para hacer frente al problema de la erosión costera en comunidades de Alvarado.
“Pero seguimos trabajando día a día a través de las organizaciones no gubernamentales, a través de organizaciones civiles, a través de la académica e investigaciones”.
INVESTIGACIONES
Expertos del Instituto de Ecología (Inecol) explican que la opresión costera ocurre cuando los ecosistemas costeros están oprimidos entre la urbanización de la costa y el incremento en el nivel medio del mar.
Mencionan que en las últimas décadas se ha observado la ocurrencia cada vez más frecuente de un fenómeno que los científicos denominan opresión costera.
La opresión costera es un proceso en el cual la permanencia de los ecosistemas costeros se ve amenazada por eventos que están ocurriendo simultáneamente en los océanos y en los continentes.
Por un lado, el cambio climático ha causado el incremento en el nivel medio del mar y una mayor frecuencia e intensidad de las tormentas, fenómenos que pueden ocasionar procesos de erosión acelerada debido a que las olas tienen un mayor alcance en la costa.
“Además, aumentan las inundaciones y la salinidad del agua del subsuelo. Dado que las costas son ambientes muy dinámicos, la respuesta esperada a las presiones antes mencionadas es que los ecosistemas y las especies de esta zona migren tierra adentro, para disminuir la exposición a la salinidad y las inundaciones”, se lee en un informe del Inecol.
Detallan que la presencia de infraestructura humana, como ciudades, carreteras, diques, a lo largo de las costas obstaculiza esta migración y es cuando los ecosistemas comienzan a quedar “oprimidos”, entre los efectos del cambio climático (incremento del nivel del mar y de la intensidad de tormentas) y las ciudades costeras. El resultado es que los hábitats costeros están desapareciendo como consecuencia de la opresión costera.
Los estudios recientes han revelado que uno de los estados con mayor riesgo a sufrir la opresión costera es Veracruz. Esto se determinó explorando diversos aspectos que pueden promover la ocurrencia de este fenómeno: erosión en la costa; el riesgo de inundación por incremento en el nivel del mar y mayor incidencia de tormentas; y la presencia de ciudades y destinos turísticos.
Los resultados indican que la erosión en las costas veracruzanas se presenta de manera heterogénea, ya que hay zonas donde ocurren pocos cambios, mientras que en otras hay una erosión crónica, con pérdida de arena y retroceso acelerado de la línea de costa.
“Las inundaciones son más intensas y severas en las zonas con mayor erosión, y, además, coinciden con la presencia de ciudades y destinos turísticos como el Puerto de Veracruz y su zona conurbada, Alvarado y Coatzacoalcos. Justamente aquí es donde el riesgo de opresión costera es mayor”, indican los especialistas.
ACCIONES URGENTES
El diagnóstico de la opresión costera en Veracruz muestra la necesidad de tomar acciones para contrarrestar este fenómeno en el estado.
En particular, es de gran relevancia conservar y proteger las costas veracruzanas ya que, a lo largo de sus 745 kilómetros de costa, cuentan con una gran diversidad de ecosistemas que incluyen, pastos marinos, arrecifes de coral, dunas costeras, manglares y lagunas costeras.
La población humana y las actividades económicas que se realizan en la costa son igualmente importantes: el 27% de la población estatal (cerca de dos millones de personas) viven a menos de 20 kilómetros de la costa, y la quinta parte de las ciudades veracruzanas son costeras. Además, el turismo de sol y playa es una actividad económica de gran relevancia
“Los estudios descritos muestran la importancia de que el proceso de urbanización de las costas ocurra de manera organizada y planeada para evitar que siga sucediendo en zonas expuestas a inundaciones recurrentes y erosión crónica. Así mismo, es necesario evaluar la pertinencia de construir infraestructura de protección y el tipo adecuado, como puede ser la protección basada en ecosistemas”.
Los ecologistas indican que la construcción innecesaria de estas estructuras ha aumentado notablemente en los últimos años, y han inducido en muchos casos, una erosión crónica. Además, se deben restaurar y rehabilitar los ecosistemas naturales que estén deteriorados, para mantener el funcionamiento de la zona costera y conservar a las especies amenazadas y endémicas.
“Sin duda, el manejo adecuado de las costas promoverá la conservación y protección de los ecosistemas naturales y a la vez, permitirá a las poblaciones enfrentarse mejor al cambio climático”, señalan los investigadores del Inecol.
AUTORIDADES ADMITEN PROBLEMA
La Secretaría de Protección Civil (PC), a cargo de Guadalupe Osorno Maldonado, emitió una serie de recomendaciones por la erosión y sedimentación en zonas costeras.
La dependencia estatal indica que la erosión costera también se da en los acantilados, en donde puede provocar derrumbes. Los derrumbes en acantilados son causados en principio por el socavamiento de su base, producto de la destrucción constante de las rocas al recibir el choque de las olas.
La mayoría de los bordes costeros del mundo están en estado de erosión, este proceso ocasiona la desaparición de playas y de ecosistemas y vulnerabilidad a las comunidades costeras.
Por otra parte, la sedimentación, también conocida como acumulación, es un proceso contrario a la erosión, es decir, se deposita en algún lugar, material trasportado por el agua de mar. Esta acumulación de material (piedras, granos de roca, minerales, algas, lirio acuático, troncos de árboles, etc.) se da principalmente en depresiones de áreas continentales y en el litoral en las zonas de olas no turbulentas. Ambos procesos pueden ser un peligro constante y poner en riesgo al turismo, el medio ambiente y asentamientos humanos ubicados en estos lugares.
El mayor impacto de los ciclones tropicales y otros fenómenos que se dan de manera más frecuente e intensa en los municipios costeros. Se identificó que el litoral veracruzano tiene una extensión de 720 Kilómetros frente al Golfo de México, en el que se ubican 29 municipios costeros.
