“No temas a la incompetencia, teme a tu propia incompetencia”.
Proverbio chino
Incitatus era el nombre de un caballo fino y ganador propiedad del emperador romano Calígula. Que este emperador tuviera un caballo sería irrelevante para la historia si no fuera porque el propio Calígula decidió nombrarlo senador, imponiendo sus designios a los de la sociedad romana y sus instituciones políticas. Aunque la historia no brinda la certeza de que el caballo haya sido senador, de lo que sí se tiene constancia es el desprecio que el propio Calígula tenía por las instituciones de su época.
Esto me hace pensar que la arbitrariedad es una tentación constante para quienes ejercen el poder público, pareciera que es la posibilidad de hacer al amparo del poder lo que no se podría lograr sin él, es algo que puede corromper al ciudadano más impoluto y meter en predicamentos a los más feroces defensores de la ley. La tentación del poder es muy grande y desconoce colores o ideologías.
Es por eso que uno de los ejes sobre los que descansa la propuesta de Política Nacional Anticorrupción es el combate a la arbitrariedad para disminuir los niveles de discrecionalidad en el ejercicio del poder lo que ya no tiene cabida ni justificación en el México actual.
Lo anterior viene a colación porque nuevamente la Secretaría Ejecutiva del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz se encuentra dando la nota, pero no por su quehacer, sino por los desatinos que se han venido cometiendo en los últimos meses.
El Secretario Técnico es la persona encargada de administrar los pocos recursos para ejecutar las decisiones del Comité Coordinador y del Comité de Participación Ciudadana; cosa que parece costarle mucho trabajo entender al Titular ya que desde su toma de protesta comenzaron una serie de señalamientos que, en su momento, parecían ser producto de la desconfianza hacia el personaje; un ejemplo fue la evidente omisión deliberada de hacer del conocimiento del Órgano de Gobierno el finiquito del arrendamiento del inmueble que ocupaba la Secretaría Ejecutiva, así como la discrecional suscripción de nuevos contratos de arrendamiento de las oficinas actuales.
Por cierto, aún no aclara cuál fue su estrategia de dividir las instalaciones de la Secretaría Ejecutiva, y polarizar más aún la brecha de comunicación entre el Titular y los empleados de esta instancia, quedando el primero rodeado de un pequeño grupo de cortesanos que le lleva la información a modo y a conveniencia.
No se sabe con exactitud si estas acciones del Secretario Técnico son a conciencia u obedecen a alguna línea política que lo rebasa pero, por si no fuera suficiente, en días pasados hizo el compromiso de fungir como testigo de honor en un convenio suscrito por el Comité de Participación Ciudadana con el Ayuntamiento de Coatepec, el cual después de no asistir al evento se negó a firmar y cuya negativa a hacerlo tomó un matiz oscuro en la Cuarta Sesión Ordinaria de Gobierno, lo que generó percepciones y sospechas que ponen en juego la credibilidad del Consejo.
A lo anterior se suma que, en los actos ha dejado ver a todas luces su afán de innecesaria imposición, su falta de oficio y poca sensibilidad (sin mencionar el desconocimiento de la Ley), así como la nula importancia que se ha demostrado por el Órgano de Gobierno y su Estatuto Orgánico desapareciendo de un plumazo las Jefaturas de Departamento de la Secretaría Ejecutiva y modificando las Unidades de Transparencia y Género para convertirlas en Oficinas de atención sin un mínimo de personal necesario para realizar las labores relevantes que estas representan, todo lo cual ha denotado el poco interés que se tiene por el Sistema y un eventual encubrimiento de acciones al margen de la ley.
Por si fuera poco hoy se sabe que el Secretario Técnico enfrenta una acusación por acoso y de la que ya tiene conocimiento la Comisión Estatal de Derechos Humanos. A estas prácticas de acoso laboral, se le suma que el pasado jueves 31 de octubre el Secretario Técnico despidió sin razón aparente a nueve trabajadores de la Secretaría Ejecutiva a quienes simplemente un “petit comité” les dio las gracias sin brindarle un motivo cierto de su despido; cabe decir que este pequeño grupo de empleados es el que asesora al interior del organismo y el que ahora toma las decisiones de este organismo ante la ausencia funcional de su titular; empleados contratados al amparo del Estatuto Orgánico anterior y que, conforme al mismo, debieron haber sido removidos por el Órgano de Gobierno.
Saltan muchas preguntas ante toda esta serie de eventos desafortunados:
La primera es si el Secretario Técnico dará la cara por tantas pifias que ha venido cometiendo y si asumirá su responsabilidad ante la serie de errores cometidos o solamente se refugiará, fiel a su estilo, en su amplia y lujosa oficina que contrasta con la austeridad que se pregona en el Sistema Estatal Anticorrupción.
La segunda es si el Órgano de Gobierno seguirá haciéndose de la vista gorda ante tantos señalamientos; es decir ¿seguirá aplicando la de “a los amigos justicia y gracia”, opinando únicamente sobre los temas light del organismo?
Finalmente, cabe preguntarle al Secretario Técnico si este ya se ha visto rebasado y ha delegado sus funciones y responsabilidades en un pequeño grupo subalternos que son los que hoy están tomando las decisiones.
Mientras tanto, su estrategia de dividir a la Secretaría Ejecutiva parece que finalmente ha logrado hacer inoperante al organismo y convertirlo en un mercado de chismes y rumores, desde donde parece estar poniéndose en marcha la desmantelación del Sistema, de manera silenciosa y contundente.
Como integrante del Comité de Participación Ciudadana, pido que seamos el ejemplo de “el deber ser” y acabemos con estos vicios de la vieja guardia que tanto nos han lastimado como sociedad. Hago el llamado a los integrantes del Órgano de Gobierno para que velemos por el fortalecimiento del Sistema y respeten la esencia y razón de la creación de algunos Entes y de la inclusión en la mesa de otros. Es la oportunidad que tenemos de empezar a demostrar que no todos los servidores públicos son iguales, que si escuchamos a los ciudadanos y que si trabajamos en conjunto lograremos el cambio al que aspiramos.
*Integrante del Comité de Participación Ciudadana del Sistema Estatal Anticorrupción de Veracruz.
