26 de Noviembre de 2024
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FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO/ EL IVM Y LA VERDADERA EQUIDAD DE GÉNERO

 

DESDE A JANELA

EL IVM Y LA VERDADERA EQUIDAD DE GÉNERO

Recientemente se ha lanzado la convocatoria dirigida a aquellas mujeres veracruzanas que aspiran a presidir el Instituto Veracruzano de las Mujeres, el cual es un organismo que fue creado para promover y/o defender la equidad de género y a la cual han respondido varias féminas interesadas en encabezar dicho instituto y siendo como en todo que unas tienen una vocación genuina de trabajar para los fines de ese organismo y otras solo buscan una remuneración.

Pero más allá de allá de la elección que se va a llevar a cabo en dicho instituto, considero que éste es un buen momento para reflexionar sobre lo que es la equidad de género en su sentido estricto y las perversiones que dicho concepto puede tener.

Ya que tal y como su nombre lo dice la equidad de género es la igualdad que todas las personas tienen tanto frente a la ley como a sus semejantes sin importar si se trata de varones o de mujeres y la cual está basada en la naturaleza, ya que todos los humanos nacemos en esencia iguales, teniendo las mismas funciones tanto biológicas como intelectuales y las diferencias entre ambos géneros son en cuanto a la reproducción y algunos aspectos derivados de la misma, como el apareamiento o la crianza; igual que sucede en la mayoría de los seres vivos.

Ahora bien, esa igualdad se ha visto modificada tanto por las religiones como por las morales que han imperado en el tiempo al amparo de las primeras y en la mayoría de los casos, al menos en lo que llamamos el mundo occidental (englobando en dicho mundo a las culturas que están inspiradas en las religiones del libro, es decir cristianos, hebreos y musulmanes), las mujeres se han visto relegadas a un segundo plano respecto de los varones, aunque es necesario mencionar que no solo a éstas se limita la sumisión femenina, ya que tanto en oriente como en las culturas primitivas de América también encontramos dicha sumisión de manera muy marcada.

Aunque no siempre se ha dado esa situación ya que en las culturas germánicas primitivas y principalmente en las escandinavas, prácticamente no había diferencia en el rol desempeñado en la sociedad por cualquier persona sin importar su género  y por igual había tanto hombres como mujeres desempeñando tanto labores domésticas como gubernamentales, religiosas o hasta militares; tan es así que Julio César se vio sorprendido cuando al entrar en guerra con pueblos germánicos como consecuencia de sus campañas en las Galias, escribió en su conocida obra que las mujeres peleaban con la misma bravura que los varones; corroborándose esa afirmación al ver que en esos países la presencia del feminismo es casi nula y que el derecho civil y el familiar tratan de la misma manera al varón y a la mujer, ya que en la Europa del norte no hay diferencia legal ni social alguna entre hombres y mujeres.

En México, ya no es tan marcada la diferencia como lo fue antes, ya que culturalmente la sociedad ha ido evolucionando y en la mayoría de los casos las religiones han perdido mucha de la fuerza que antaño tenían, mas quedan algunos islotes en donde prevalecen los llamados usos y costumbres, principalmente en las comunidades indígenas más apartadas de la modernidad, comunidades en las que las mujeres son criadas solo para casarse, tener hijos y dedicarse a las labores del hogar y se les niega cualquier acceso a la educación e incluso son vendidas por su familia a la familia del futuro esposo.

Penetrar en esos lugares y abolir los usos y costumbres indígenas es una tarea a la que debe de dedicarse el Instituto Veracruzano de la Mujeres, ya que es necesario llevar la educación en esas comunidades tanto a varones como a mujeres para lograr la integración de las mismas al mundo moderno y así hacer que se respeten los derechos de las mujeres que ahí viven y también que se desarrollen plenamente como personas.

Pero por desgracia también hay perversiones en materia de la equidad de género y éstas radican en el fanatismo de muchas feministas, quienes han construido casi una religión en torno a lo que ellas llaman la lucha por la igualdad de la mujer, lucha que además la llevan a cabo como la de Don Quijote contra los molinos ya que luchan contra enemigos que solo están en su imaginación.

Teniendo como ejemplos de ello la pretensión de imponer un uso del idioma inventado y fuera de toda gramática, así como querer juzgar de manera especial cuando se comete un delito en el cual la víctima es una mujer, ya que por un lado todos los asesinatos en los que el pasivo es de sexo femenino se pretende acusar por feminicidio, aunque no lo sea o cuando hay pleitos de familia y la probable agraviada es mujer acusan de violencia familiar sin analizar realmente cual es la situación o el delito que pudo cometerse en realidad.

Por ello este es el momento de reflexionar sobre cuál es la verdadera lucha por la equidad de género y trabajar a fondo para alcanzarla y no estar perdiendo el tiempo y los recursos en luchas quijotescas que no tienen un fin práctico ni benefician realmente a alguna mujer con excepción de las vividoras del erario que pregonan esas luchas.

Concluyo esta columna deseándoles a todos un feliz 2018 y en enero continuaremos viendo Desde a Janela (la ventana) algún hecho relevante de la vida nacional o internacional.

 

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