22 de Noviembre de 2024
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Exaspirante a presidir CNDH acusa que proceso está contaminado

 

 

 

 

 

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

Jorge Sánchez Arellano, exaspirante a la presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), exigió a las comisiones de Justicia y de Derechos Humanos del Senado de la República a retirar la terna propuesta y colocar en ésta a los mejores perfiles, al asegurar que el proceso para designar al nuevo ombudsperson está contaminado.

"En un proceso contaminado, se permitió que criterios ajenos a la objetividad de las evaluaciones de las y los candidatos a presidir la CNDH se ponderaran, dejando de lado las trayectorias de los participantes", expresó.

En un posicionamiento, externó que resulta un despropósito incorporar en la terna a la actual ombudsperson, Rosario Piedra, pues con ello, se eliminó un perfil mejor evaluado, el de Tania Ramírez Hernández, directora ejecutiva de la Red por los Derechos de la Infancia en México.

Consideró que la reelección de Piedra es incompatible para quien realiza una tarea tan compleja y delicada como lo suponen la defensa y protección de los derechos humanos en el país.

"Permitirla nos sitúa en el escenario actual, donde en la búsqueda por ratificar la permanencia de Rosario Piedra se han generado incentivos perversos como la falsificación de documentos para su postulación, así como en la nula auto contención de los Poderes Legislativo y Ejecutivo a la hora de apoyar el que ella se mantenga en el cargo", dijo.

Aseguró que la terna, que incluye a la actual presidenta de la Comisión Nacional, Rosario Piedra, privilegió la obediencia debida de los legisladores que optaron por la disciplina partidista, sobre el libre ejercicio legislativo.

Refirió que los senadores de esas comisiones les fallaron a los 15 finalistas que creyeron en el proceso y sus reglas; le fallaron a la sociedad que esperó un actuar comprometido con la defensa y protección a los derechos humanos, donde se priorizaran los mejores perfiles y se fallaron a sí mismos al ceder a las presiones políticas y renunciar a su deber principal que es velar por el interés de los ciudadanos.