Ana Vanessa Cárdenas Zanatta
EL UNIVERSAL
Hace tiempo que en los grandes foros internacionales se habla de la falta de líderes. El Foro Económico Mundial del 2015 catalogó al déficit de liderazgo como uno de los riesgos más urgentes de atender. Hoy, casi una década después esta problemática continúa y se muestra en la política a nivel internacional.
Para muestra un botón, observemos dos grandes momentos electorales de las últimas semanas, Rusia y EUA. Uno elegirá presidente en un entorno autoritario, el otro ha definido democráticamente a los dos candidatos que disputarán en noviembre la titularidad de la Casa Blanca.
Rusia estará celebrando durante tres días elecciones presidenciales, ¿el ganador? Vladimir Putin, no hay sorpresas. El gobierno se ha encargado de asegurar el triunfo del actual mandatario, quien postula por quinta vez desde 1999 cuando le quitó el poder a Boris Yeltsin. Tiempos difíciles para pensar en la democracia en Rusia. Prácticamente el único opositor real a Putin era Alexei Navalny, quien hace algunas semanas murió extrañamente luego de ser encarcelado en el Ártico. Los demás candidatos que aspiran a la presidencia rusa son puramente ornamentales y el Kremlin tiene el control de la mayoría de las 100, 000 casillas electorales.
Todo indica que tenemos Putin para rato, ya que en el 2021 realizó una serie de modificaciones a la ley que le permitiría la reelección por dos sexenios consecutivos, es decir, hasta el 2036.
Por otro lado y del otro lado, se dio la confirmación de los resultados del "supermartes", es decir, de las primarias de EUA. En este caso tampoco existió sorpresa alguna, Biden y Trump se enfrentarán de nuevo en la contienda presidencial. Más allá de la edad, la reflexión que surge es si realmente no le han afectado a Trump los escándalos y las cuentas pendientes que tiene con la justicia o los desvaríos a Biden, o si más bien no existe un relevo político que pueda incentivar a los votantes por una nueva opción, o peor aún, no hay otra opción. Biden, llegó prácticamente sólo a las primarias, esta vez no existió una Bernie Sanders que le incomodara su candidatura. En el caso de Trump, solamente en Vermont tuvo un revés con la candidatura moderada de Nikki Haley, pero nada de qué preocuparse ya que tiene asegurada una base de votantes con fuertes lealtades.
Pensemos ahora en estos personajes en el Consejo de Seguridad, sumándose al mandatario chino Xi Jinping quien gobierna desde el 2013 y cuyo mandato se podría prolongar hasta su muerte. Nos espera un Consejo de Seguridad igual o más paralizado que antes, cada vez más alejado de la realidad, de las nuevas necesidades de un mundo que ya cambió y que requiere refrescar la forma de entender y de hacer las cosas. Triste panorama para la resolución de conflictos cuando los actores ni cambian, ni se transforman.
Así las cosas, tenemos más de 30 conflictos armados a nivel internacional, Ucrania y Gaza estancados, nuevas y crecientes amenazas como el cambio climático, la migración o el crimen organizado urgentes de respuesta, pero para su resolución tenemos las mismas caras, los mismos intereses y las mismas estrategias que durante años han dado como resultado los mismos conflictos, las mismas desigualdades y las mismas víctimas.