Israel ha acabado con Hamás ni liberado a los rehenes y es la guerra más sangrienta desde el nacimiento del Estado de Israel en 1948.
EL PAÍS
ISRAEL
Las lluvias invernales que caen sobre Oriente Próximo han mojado este domingo por igual los campamentos de cientos de miles de desplazados en el sur de Gaza y a decenas de miles de manifestantes que reclamaban en Tel Aviv la liberación de más de un centenar de rehenes cautivos en la Franja desde el 7 de octubre. Con cerca de 24.000 palestinos muertos y 7.000 desaparecidos, la guerra cumple 100 días sin que el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu haya logrado sus objetivos de rescatar a los secuestrados y erradicar a la milicia de Hamás, a la que aún combate en el centro y el sur del enclave costero. Dos sociedades sobreviven ahora trastornadas por el estrés postraumático en medio de una contienda cuyo final no se vislumbra. Toda la población gazatí, hacinada, según la ONU, en un territorio devastado ajeno a la condición humana. Y al menos un tercio de los israelíes, según un estudio que constata, además, el respaldo a la continuidad de las hostilidades dentro del Estado judío.
Es ya la guerra más sangrienta desde el nacimiento del Estado de Israel en 1948. También la que ha provocado el mayor éxodo de civiles desde la Nakba (catástrofe) palestina de aquel mismo año. Y la que ha causado el mayor número de víctimas mortales israelíes (1.200) en un solo día. “La guerra puede durar muchos meses más”, anunció este domingo Netanyahu, quien ha vinculado su futuro político a la contienda, al presentar el presupuesto extraordinario de Defensa en la reunión semanal del Gabinete.
Los 2,3 millones de habitantes de Gaza se encuentran en peligro de grave inseguridad alimentaria, seguía el Programa Mundial de Alimentos de la ONU, y medio millón más de ellos se hallan ya al borde de una hambruna “catastrófica”, mientras la caída de las comunicaciones telefónicas y a través de internet impide conocer su estado. Israel no permite la entrada de la prensa extranjera en la Franja, como hizo en el conflicto de 2014.
La rutina de la guerra prosigue casi sin interrupción desde hace 100 días. Tanques y aviones de combate abrieron fuego este domingo contra unidades de las brigadas Ezedín al Qasam, el brazo armado de Hamás en Jan Yunis (al sur de la Franja) y el Al Bureiy y Al Maghazi (centro), donde se libraron intensos enfrentamientos. El Ministerio de Sanidad de Gaza contabilizó otros 125 muertos palestinos. La mayor parte de los hospitales del enclave se encuentra fuera de servicio.
El ejército de Israel declaró la semana pasada que había entrado en una nueva fase de la guerra con menos ataques masivos y más operaciones contra objetivos concretos. Netanyahu volvió a excluir en la noche del sábado un alto el fuego hasta que no haya aplastado a las fuerzas de Hamás.
Unos refugiados palestinos caminan sobre el barro que han dejado las intensas lluvias en una escuela de la UNRWA en Deir Al Balah, en el centro de Gaza, este jueves.
Unos refugiados palestinos caminan sobre el barro que han dejado las intensas lluvias en una escuela de la UNRWA en Deir Al Balah, en el centro de Gaza, este jueves.
“La guerra es sí misma un crimen contra la humanidad”, clamó el papa Francisco desde el Vaticano en un llamamiento a “rezar por quienes sufren la crueldad, especialmente en Palestina e Israel”. El comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA), Philippe Lazzarini, condenó también la prolongación de la contienda. “La muerte a tan gran escala, la destrucción, el desplazamiento, el hambre y el dolor de los últimos 100 días mancilla nuestra condición humana”, sostuvo en un comunicado.
El 70% de las viviendas de Gaza ha sufrido daños total o parcialmente y nueve de cada diez habitantes han tenido que huir de sus casas. “Muchos llevarán cicatrices de por vida, tanto físicas como psicológicas”, advirtió el responsable de UNRWA. “Toda una generación de niños está traumatizada y tardará años en sanar”, lamentó. “En Gaza, el derecho internacional humanitario se viola periódicamente”, cuestionó, “mientras no se permite un alto el fuego humanitario para la entrega segura de alimentos, medicinas y agua”.
Decenas de campamentos improvisados y refugios en instalaciones y escuelas de la UNRWA en Gaza se han inundado a causa de las intensas lluvias. “Muchos desplazados ya no tienen dónde resguardarse”, aseguran los responsables de la agencia de la ONU. “La llegada del invierno está haciendo la vida aún más insoportable, especialmente para quienes viven al aire libre”.
“Llevamos ya 100 días de guerra”, admitió el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, “pero no vamos a parar hasta que alcancemos la victoria”. “No va a ganar nadie”, aseguró Rebecca Brindza, portavoz de las familias de los secuestrados en Gaza, citada por Reuters. De los 240 capturados el pasado 7 de octubre por Hamás, permanecen en Gaza 136, aunque una veintena de ellos puede haber muerto ya. Más de 150 empresas han secundado este domingo, en la primera jornada laboral de la semana en Israel, un paro parcial de 100 minutos para recordar a los rehenes.
Desde la noche del sábado hasta la del domingo, decenas de miles de manifestantes se han concentrado frente al Museo de Arte de Tel Aviv para reclamar la liberación de los secuestrados. Israel acaba de rechazar una propuesta de Qatar para rescatar a todos los rehenes a cambio de permitir la salida de los líderes de Hamás en Gaza, entre ellos el jefe político, Yahya Sinwar, y el jefe militar, Mohamed Deif, así como la retirada de todas sus fuerzas de la Franja palestina.
Algunos políticos dirigieron mensajes a los asistentes. Como la abadesa de la ciudad de Haifa (norte), la laborista Einat Kalisch-Rotem, que cuenta con un familiar entre los secuestrados, y llamó a que unos nuevos líderes dirijan con “prudencia y sensatez” las negociaciones para liberar a los rehenes. La actriz israelí Gal Gadot envió también una grabación en vídeo a los familiares de los cautivos. “Tenemos que hacer todo lo que sea posible para traerlos de vuelta a casa, no hay otra opción”, alegó emocionada.
Ataque mortal en el frente del norte
Los portavoces castrenses informaron de que al menos cuatro milicianos palestinos aliados de Hezbolá fueron abatidos a tiros en la noche del sábado cuando pretendían infiltrarse en el norte de Israel por la frontera de Líbano, en la disputada zona de las Granjas de Shaba. Cinco soldados resultaron heridos en el enfrentamiento. Un ataque con un misil antitanque se ha cobrado la vida este domingo de una mujer de 76 años y de su hijo, de 40, también en la zona oriental de la frontera libanesa. En el mar Rojo, mientras tanto, los rebeldes hutíes de Yemen, respaldados por Irán, mantienen su despliegue para atacar a los barcos mercantes que atraviesan esta estratégica vía marítima en dirección a Israel. A pesar de los bombardeos de represalia encabezados por Estados Unidos, la escalada hacia un conflicto potencial amenaza con desestabilizar Oriente Próximo.