27 de Noviembre de 2024
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Brasil polarizado en aniversario del presidente Lula da Silva

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EL UNIVERSAL

SAN JOSÉ

Polarización, escogida en diciembre por la Real Academia Española como la palabra de 2023, calzó con exactitud para describir el panorama político que cundió en Brasil en el primero de los cuatro años de gobierno del presidente izquierdista brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que se cumplirá hoy en un escenario incierto para los próximos 36 meses.

Lula sucedió en la presidencia de la primera economía de América Latina y el Caribe, y también uno de los buques insignias de la economía mundial, al ultraderechista y capitán en retiro Jair Bolsonaro… y sólo ocho días después ocurrió un hecho trascendental, inesperado por lo pronto que llegó, aunque previsible en un escenario polarizado.

El 8 de enero de 2023, turbas de Bolsonaro se apoderaron violentamente de los predios de los máximos poderes de Brasil -el Congreso Nacional (Legislativo), el Supremo Tribunal Federal (Judicial) y el Palacio de Planalto (Ejecutivo o Presidencia)- en Brasilia, nervio político brasileño.

Derrotado en las rondas electorales del 2 y del 30 octubre de 2022, Bolsonaro viajó el 30 de diciembre de Brasil a Estados Unidos y desistió de acudir al traspaso de mando a Lula, cuyo tercer cuatrienio, ya que gobernó de 2003 a 2010, se previó desde un inicio que estaría cargado de tormentas políticas por presión de la derecha.

"El 8 de enero de 2023 quedará marcado en la historia nacional como un gran atentado contra la democracia y el Estado democrático de derecho, especialmente en lo que respecta al no reconocimiento de los resultados electorales", advirtió el sociólogo y politólogo brasileño Rodrigo Prando, profesor e investigador de la (no estatal) Universidad Presbiteriana Mackenzie, de Brasil.

"Bolsonaro fue, durante años, un tensor de la democracia y las instituciones. Hubo cientos de eventos en los que se difundieron noticias falsas, posverdad, negacionismo y teorías conspirativas. La combinación de todo esto en un discurso de confrontación tuvo como uno de los resultados el día 8 de enero", relató Prando a EL UNIVERSAL.

"Generalmente, en Brasil un gobierno recién electo suele tener un período de 'luna de miel' con el electorado: son los primeros 100 días de gobierno. Lula no tenía eso. Las elecciones fueron muy reñidas y el país salió fracturado, políticamente dividido. Además, el 8 de enero hizo que Lula tuviera una agenda reactiva y no propositiva como le hubiera gustado", aclaró.

Al narrar que "internamente el país sigue no sólo polarizado, sino también dividido políticamente", sugirió que "si las elecciones fueran hoy, volverían a votar los que votaron por Lula y lo mismo harían los que votaron por Bolsonaro".

Tormenta externa

Al asumir este 1 de enero hace un año, y en un involucramiento que registró un mayor énfasis en el primer cuatrimestre de su gestión, Lula se insertó en una campaña por la paz en Ucrania con Rusia, Estados Unidos, China y Europa, pero pareció desgastarse.