28 de Noviembre de 2024
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NASA revela que asteroide Bennu contiene carbono y agua

 

 

 

 

 

 

AGENCIAS

CDMX

Las muestras recolectadas del asteroide Bennu contienen abundante agua y carbono, ambos materiales vitales para la formación de la Tierra, reveló este miércoles la NASA.

El hallazgo ofrece aún más evidencia para la teoría de que la vida en la Tierra surgió del espacio exterior.

"El primer análisis revela muestras que contienen abundante agua en forma de minerales arcillosos hidratados", dijo Bill Nelson en una presentación ante la prensa y estudiantes en el Centro Espacial Johnson de Houston, Texas.

"Esta es la mayor muestra de asteroide rica en carbono jamás devuelta a la Tierra".

Nelson detalló que el carbono está contenido en forma de minerales y moléculas orgánicas.

La misión OSIRIS-REx recogió roca y polvo de Bennu en 2020, y una cápsula que contenía la preciosa carga regresó con éxito a la Tierra hace poco más de dos semanas, aterrizando en el desierto de Utah.

Ahora se está analizando minuciosamente en una sala especializada de este centro espacial de la NASA.

OSIRIS-REx no fue la primera misión en encontrarse con un asteroide y traer muestras para su estudio: Japón logró la hazaña dos veces, devolviendo fragmentos de guijarros espaciales en 2010 y 2020.

Pero la sustancial cantidad de material, aproximadamente 250 gramos frente a los 5.4 gramos devueltos por la japonesa Hayabusa2 es una diferencia clave.

La NASA eligió a Bennu porque cree que asteroides similares podrían haber provisto bloques de construcción orgánicos a la Tierra junto con agua a través de colisiones hace miles de millones de años.

La órbita de Bennu, que cruza la de la Tierra, también hizo que el viaje de ida y vuelta fuera más fácil que ir al cinturón de asteroides, que se encuentra entre Marte y Júpiter.

Hasta ahora, los investigadores no han centrado sus esfuerzos en la muestra principal en sí, sino en las "partículas adicionales", descritas como polvo negro y restos que recubren el recolector de muestras.

En octubre de 2020, cuando la sonda OSIRIS-REx disparó gas nitrógeno a Bennu para recolectar su muestra, una trampilla destinada a sellarla se abrió con un trozo de roca, lo que permitió que parte del material más fino fluyera fuera del colector, sin escapar por completo. Al final, llegó a la Tierra más material de lo esperado.