28 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Ecuador: voto a la sombra de la violencia

 

 

 

 

 

 

 

EL UNIVERSAL

SAN JOSÉ

Con un horizonte de miedo, desconsuelo y desencanto; un paisaje tupido por tinieblas políticas, corrupción y poderes ocultos; un túnel de penetración criminal con narcotráfico, muerte e inseguridad, y un rompecabezas de pandillas mafiosas, los ecuatorianos podrán acudir hoy a las urnas para elegir a la mujer o al hombre que ejercerá la presidencia de Ecuador del 25 de noviembre de 2023 al 24 de mayo de 2025.

Los comicios, de los que también saldrán vicepresidenta o vicepresidente y 137 legisladores, se realizarán en un país de luto y con tristeza bajo la sombra del rostro del periodista ecuatoriano Fernando Villavicencio, candidato presidencial del opositor Movimiento Construye que fue asesinado el 9 de agosto anterior por sicarios colombianos en el centro financiero de Quito, en un hecho que sacudió a la sociedad ecuatoriana e impactó en América y Europa.

"Efectivamente es un escenario en el que Ecuador tiene en juego muchas cosas: está en el aire el fortalecimiento de un sistema básico democrático o el retorno a una visión política filoautoritaria", explicó el politólogo ecuatoriano Diego Pérez, decano de la Escuela de Seguridad y Defensa del (estatal) Instituto de Altos Estudios Nacionales, de Quito.

"Hay un primer juego importante: la supervivencia de la democracia. El segundo está marcado por las posibilidades efectivas de supervivencia real física de la gente, en un contexto en el que el crimen organizado internacional coloniza y se toma cada vez más espacios dentro del Estado y genera mayor tensión e incertidumbre", dijo Pérez a EL UNIVERSAL.

Al aducir que "hay indicios muy preocupantes" sobre la infiltración criminal, y sin citar a piezas vitales del panorama —los cárteles mexicanos De Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG)—, aseveró que por la forma como ocurrió el asesinato de Villavicencio, "lo menos es que se puede sospechar de una operación perversa, sofisticada y amplia del crimen organizado".

En un país con "problema de liderazgo", prosiguió, se requiere "asumir el mando del Estado y los costos políticos, sociales, económicos, morales que tendría enfrentarse abiertamente con las organizaciones criminales".

Un antes y un después

Cometido por seis sicarios colombianos, el asesinato de Villavicencio delimitó antes y después en Ecuador, que en el siglo XXI sufrió un creciente menoscabo de su seguridad.

Con indicios de incesante desgaste desde inicios de la década de 2010, la inseguridad se agravó hace unos seis años y, sin control, a partir de 2020 para profundizarse en 2021 y 2022. Ecuador se hundió en su más agudo conflicto de inseguridad e infiltración criminal de su historia. Las mafias del Cártel de Sinaloa y CJNG se consolidaron en Ecuador y atizaron la turbulencia para convertir a esa nación en crucial base de salida del tráfico internacional de la cocaína producida en Colombia y en menor cantidad en Perú, por mar, tierra y aire a Centroamérica, México, Estados Unidos, Europa, Asia, África y Oceanía.

De Sinaloa y CJNG lanzaron a Ecuador a su peor crisis de inseguridad, en despliegue de violencia en alianza con socios ecuatorianos: Los Tiguerones y Los Lobos, con CJNG, y Los Choneros, con De Sinaloa, según fuentes oficiales ecuatorianas.

Erigido en implacable enemigo de la corrupción, Villavicencio denunció el 1 de agosto anterior ante la Fiscalía General de Ecuador que el encarcelado delincuente ecuatoriano José Adolfo Macías Villamar, alias "Fito", líder de Los Choneros y contraparte del Cártel de Sinaloa, lo amenazó de muerte.

Villavicencio denunció repetidamente la infiltración política del narcotráfico en Ecuador y sus secuelas de violencia y criminalidad de esa nación.

En una inquietante evaluación, Human Rights Watch (HRW), organización no estatal global de Washington de defensa de los derechos humanos, reportó que la tasa de homicidios de Ecuador subió de 13.7 a 25 por cada 100 mil habitantes de 2021 a 2022 y se colocó como la más elevada en su historia.

Con un convulso mapa sociopolítico de descontento, los comicios de hoy podrían aportar salidas.

"Las urnas pueden ser apenas un paso para ir venciendo algunos problemas que enfrenta Ecuador actualmente, pero tampoco dejan de ser cruciales en el contexto tan conflictivo en el que nos encontramos", subrayó la socióloga, experta en derechos humanos, científica social y relacionista internacional ecuatoriana, Johanna Espín.

Al aumentar la violencia, con al menos 10 asesinatos políticos en 2023: "Ecuador se juega la democracia" en las elecciones, declaró Espín a El Gran Diario de México.

"Existe mucha demanda de la población y de la opinión pública [que son] muchos más favorables hacia las acciones [de seguridad] mucho más de mano dura e, incluso, con ciertos niveles de tolerancia con acciones más violentas con las que se podría reprimir", agregó.

Espín, docente de la Escuela de Seguridad y Defensa en la capital ecuatoriana, sugirió que "es fundamental, en este punto, que se puedan fortalecer los procesos democráticos, la calidad democrática en el país, eso sería lo principal que se está jugando en estas elecciones".

Tiempo de votar

Hostigado por un escándalo de corrupción en su contra y decidido a evitar ser destituido en juicio de la Asamblea Nacional (Poder Legislativo), el presidente de Ecuador, el centroderechista Guillermo Lasso, disolvió el Parlamento el 17 mayo pasado y adelantó las elecciones presidenciales y al Poder Legislativo.

Una peculiaridad de la competencia de hoy será que Ecuador enfrentará, por primera vez desde 1940, unas elecciones de carácter extraordinario. También las primeras reguladas en un Estado nacional de excepción, decretado por Lasso después del crimen de Villavicencio y que implicó un mayor despliegue militar y policial en todo el país, la suspensión de garantías o derechos fundamentales como cercenar la libertad de reunión y la inviolabilidad de domicilio.

Con un padrón de 13 millones 450 mil 47 ecuatorianos, hoy se elegirán a los 137 congresistas. En el caso de los candidatos presidenciales, el ganador deberá recibir la mitad más uno de los votos válidos o 40% de los votos y una ventaja o diferencia de 10 puntos con su inmediato adversario. De lo contrario, habrá segunda vuelta, el 15 de octubre, en la que el ganador requiere mayoría simple.

Sin claros favoritos ni descartar sorpresas, los ecuatorianos escogerán entre ocho fórmulas. El periodista ecuatoriano Cristian Zurita, aliado de Villavicencio, que reemplazó al asesinado candidato con la empresaria ecuatoriana Andrea González para vicepresidenta.

El abanico se completó con personajes de varias ideologías.

La abogada ecuatoriana Luisa González, del opositor e izquierdista Movimiento Revolución Ciudadana, figuró en las encuestas como favorecida por los votantes al ser apoyada por el expresidente ecuatoriano, el izquierdista Rafael Correa, recluido en un exilio en Bélgica y prófugo por una condena de ocho años de cárcel que se le impuso en 2020 por cohecho. Otro de los aspirantes con posibilidades es el exvicepresidente ecuatoriano, Otto Sonnenholzner.