29 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Discriminación y estigma afecta a personas con obesidad

 

 

 

 

 

 

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

"Hice mi primera dieta a los nueve años. ¿Qué tanto antes querían que me cuidara? Y así pasaron 20 años, dos décadas haciendo dietas y buscando cualquier manera, la que fuera, para a toda costa llegar a ser delgada y ser "saludable" para que me salga un coach con que nada más con verme asume toda mi historia. No tiene ni la más remota idea y seguramente mis médicas deben de opinar algo muy distinto sobre la resistencia a la insulina, que también les da a personas delgadas, personas que cuidan su alimentación. Esa es gordofobia", dijo contundentemente en un video Priscila Arias, activista corporal.

El mensaje de la influencer, que se encuentra en Instagram con el usuario @lafatshionista, surgió en respuesta a un coach quien aseguró que la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y un perfil lipídico fatal son la consecuencia de años y años de malos hábitos.

La activista indica que estas ideas discriminan, violentan e invalidan. Además, detalla que muchos coaches asumen que no se cuida, que jamás ha hecho una dieta o ejercicio; que sus análisis médicos deben estar muy mal o que jamás ha ido al médico, así como que busca a quién culpar por "su condición" en lugar de "cuidarse". Por ello, pide poner límites ante la violencia que sufren, principalmente mujeres, con cuerpos grandes.

"No sabemos si tantos años de dietas y de ayunos fueron lo que activó mi resistencia a la insulina o si desde niña la tengo y nadie la diagnosticó. A pesar de que pasé por muchos consultorios. A mí no me va a venir a hacer 'mansplaining' (explicación dada por un varón a una mujer en tono condescendiente) un vato sobre lo que ha sido mi historia y mi cuerpo. Yo por eso me educo, investigo, pregunto, leo. Para dejar de depender de opiniones generalizadas y gordofóbicas", finaliza.

Como Priscila, muchas personas que viven con obesidad se han enfrentado a la estigmatización. Seis de cada 10 personas en el mundo han experimentado una situación de este tipo, y el núcleo familiar es el primer lugar donde fueron discriminados, apunta Verónica Vázquez Velázquez, psicóloga clínica de la Clínica de Obesidad y Trastornos de la Conducta Alimentaria del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán.

Los prejuicios

La también presidenta de la Asociación Civil Obesidades explicó que el estigma sobre la obesidad surge por los estereotipos que se han asociado a las personas debido a su peso. A ellos se les tacha de flojos, sin carácter, que comen mucho, que no tienen voluntad; también que son poco confiables porque no se pueden controlar. "Asumes esos estereotipos que te han contado y esos prejuicios los puedes vivir de manera consciente o inconsciente. Puedes pensar que estas personas están así porque es su culpa, porque se lo ganaron por flojos, porque no dejan de comer, etcétera. Todo esto es lo que va construyendo el estigma que es la devaluación social aprendida. Incluso hay muchas personas que pueden llegar a tener actos graves de discriminación como no dejarlos entrar a un lugar, no darles un empleo, no invitarlos a salir", destaca la especialista.

El director de la Clínica Metabólica, el doctor Hernán Fraga Herrera, añade que la discriminación puede afectar cualquier ámbito de la vida, incluso el laboral.  De hecho, recuerda un estudio en el que se hicieron llegar varios currículos con diferentes fotos de gente delgada y el mismo documento con personas con obesidad y fueron aquellos que no tenían exceso de peso los que tuvieron mayores contrataciones.

Daños psicológicos

Fraga Herrera, encargado de difusión del Colegio Mexicano de Cirugía para la Obesidad y Enfermedades Metabólicas, subraya que, aunque no existen muchos datos de las consecuencias a nivel mental de la discriminación y estigma de las que son víctimas las personas que viven con obesidad, se sabe que el 48% de estos pacientes van a sufrir en algún momento de su vida depresión; mientras que el 50% de las personas que padecen depresión, en algún punto presentarán obesidad. 

"Hay una estadística que habla que hasta el 25% de las mujeres con obesidad, durante su vida tendrá algún tipo de abuso sexual. No hay una explicación precisa sobre esto, pero se cree que tiene que ver con cómo la sociedad hace ver al paciente con obesidad y cómo esa imagen genera una autoestima más baja y creen que merecen un trato erróneo o maltrato", expone el bariatra.

El doctor Héctor Esquivias-Zavala, jefe del Departamento de Educación Continua en el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, agrega que cuatro de cada 10 mexicanos con sobrepeso u obesidad presentan algún trastorno depresivo o ansioso, lo que puede repercutir en la pérdida de peso y adherencia al tratamiento. Incluso se sabe que estos pacientes van a desarrollar cuadros depresivos más graves, que se van a deprimir un mayor número de veces a lo largo de la vida y que van a ser depresiones más severas.

"Antes, decíamos que la obesidad podía generar depresión o al revés. Lo veíamos como enfermedades separadas, pero en la actualidad, de acuerdo con la evidencia acumulada, parece ser que estamos hablando de un mismo padecimiento, muy posiblemente de un síndrome metabólico anímico en el cual se comparten características de alteraciones metabólicas como la resistencia a la insulina, un estado de hipercortisolismo, elevación del cortisol, pero que también se combinan con síntomas neuro- psiquiátricos o psicopatológicos", resalta.

Según el sitio web del gobierno federal administrado por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos StopBullying, muchas personas con sobrepeso han experimentado estigma, discriminación y acoso por su peso corporal lo que deriva en reacciones psicológicas.

"El acoso por el peso corporal, no les ocurre solamente a los jóvenes con sobrepeso. El acoso les ocurre a jóvenes de todos los tamaños. Algunos niños provocan en otros el miedo de ser corpulentos o pueden acosar a otros porque los perciben como demasiado delgados. Los niños y jóvenes que están acomplejados por su peso o expresan una sensibilidad por su imagen corporal pueden ser más propensos a tener consecuencias negativas del acoso, tales como conductas nocivas para el control de peso, lo que aumenta su riesgo de desarrollar un trastorno alimenticio. Las consecuencias para la salud mental pueden incluir depresión y ansiedad. Los niños acosados también pueden experimentar baja autoestima y problemas de comportamiento. Incluso puede afectar la salud física de los niños. Esto resulta en mayor presión arterial y otras reacciones psicológicas ante el estrés", destaca el organismo.

Así se ve la discriminación

Los especialistas coinciden en que los pacientes que viven con obesidad son muy discriminados también por las instituciones médicas y los propios profesionales de la salud ya que muchas brindan una atención pobre ofreciendo consultas muy rápidas, regañándolos, diciéndoles que se van a morir y mostrándoles imágenes negativas.

Aunque la estigmatización puede ser muy frontal cuando se les rechaza, son objeto de burla y juicios, también ésta puede ser muy sutil e inconsciente y puede verse de diferentes maneras, advirtió la doctora Vázquez Velázquez.

"Incluso no teniendo espacios adecuados en un avión, en una sala de espera, en un consultorio, no teniendo ropa accesible para las personas que viven en un cuerpo grande o que tienen obesidad. Comentarios insensibles como ‘qué bonita te verías si bajaras de peso’, incluso el lenguaje no verbal, es estigma y lo primero es ser conscientes de que lo hacemos para cambiarlo, incluso en el lenguaje. No se debe decir obesos, son personas obesas, porque la enfermedad no los define. Son personas que viven con una enfermedad, así de simple", dice.

Vázquez recalca que es importante la manera en la que se hace un acercamiento y tener muy claro que la obesidad es una enfermedad multifactorial que requiere de un diagnóstico realizado en un consultorio médico con un especialista y no de descalificaciones o de gente que asume sobre un padecimiento solo por la apariencia.

El doctor Leonardo Mancillas Adame, profesor de endocrinología de la Facultad de Medicina y Hospital Universitario de la Universidad Autónoma de Nuevo León, hace énfasis en que la obesidad no es una elección personal, sino una enfermedad que, por lo tanto, requiere evaluación y tratamiento hecho por especialistas de la salud que trabajen en conjunto con el paciente para lograr encontrar la mejor opción de para tratarla.

Alto al bullying

La página web Stop Bullying puntualiza que la apariencia o tamaño corporal no debería de ser un motivo de acoso, y recomienda algunas cosas que se deben hacer para evitar el bullying.

-Reportar el acoso cuando sean testigos

-Enfatizar que nadie merece ser víctima de burlas

-Defender a quienes son víctimas de acoso por sus cuerpos

-Reconocer que el tamaño del cuerpo no es el problema, sino el comportamiento de los agresores

-Reportar a los adultos que se burlan del cuerpo de un niño con comentarios negativos

-No juzgar ni burlarse del tamaño, peso o vestimenta de alguien más

-No hablar de lo que come otra persona

-No degradar su propio cuerpo u opciones de alimentos comparadas con las de alguien más

Discriminación laboral

De acuerdo con la Coalición de Acción contra la Obesidad (OAC por sus siglas en inglés), se reporta que las creencias sobre las causas y la estabilidad de la obesidad contribuyen a las actitudes negativas que se tienen sobre las personas con obesidad pues se les considera como responsables de su padecimiento. Uno de los ámbitos en los que más se les discrimina es en el laboral, donde los compañeros y empleadores los ven menos competentes, flojos, y carentes de autodisciplina.

Así se les considera:

-Con insuficiente autodisciplina

-Poco potencial para la supervisión

-Escasa higiene personal

-Menor ambición y productividad

-Mayor probabilidad de ser contratados para empleos que requieran poco contacto "cara a cara"

-Sufren despidos por empleadores prejuiciosos

-Tienen menor expectativa de ascenso en comparación con sus compañeros sin sobrepeso

-Presentan mayor dificultad para que los recomienden para recibir ascensos

-Tienen menores oportunidades de ser contratados en puestos de alto nivel