Agencias. Ciudad de México. A un año del discurso que el papa Francisco emitió en la Catedral Metropolitana, que fue interpretado como un “regaño” para la jerarquía católica, los obispos han hecho caso omiso y no se han visto cambios reflejados en acciones concretas que vayan más allá de los pronunciamientos, coincidieron especialistas.
Para Bernardo Barranco, analista de temas religiosos, el discurso que dirigió el papa Francisco en la Catedral Metropolitana “les entró por un oído y les salió por el otro”, puesto que parece ser que los obispos se han desentendido de ese regaño, el cual más que ser un “jalón de orejas” representa el planteamiento para un programa de trabajo basado en la unidad y pastoralidad que hasta el momento “no han sabido o no han querido acatar”.
“Parece que los obispos se han desentendido del regaño. Los obispos siguen en su zona de confort con el gobierno que a veces lo apapacha y otras veces lo confronta, se han hecho como que la virgen les habla, están desperdiciando la oportunidad de cambiar, a un año han querido sepultar este discurso tienen actitud típica de políticos tradicionales”, expresó.
Indicó que la pasividad y la omisión con la que los obispos mexicanos recibieron el mensaje de Francisco es “una muestra de rebeldía es no acatar lo que la cabeza de la Iglesia les ha indicado, no fue cualquier discurso, es un programa de trabajo dicho por la cabeza de la Iglesia, que los obispos están resistiendo siendo omisos, guardando silencio, con una actitud de lejanía”.
Destacó que si han habido algunos cambios como el nombramiento de Carlos Garfias Merlos como arzobispo de Morelia o la llegada del nuncio apostólico Franco Coppola.
Elio Masferrer Kan, investigador de la Escuela Nacional de Antropología e Historia, coincidió en que tras el “jalón de orejas” de Jorge Mario Bergoglio a los purpurados estos “no escucharon, no hicieron nada, no se advierte ningún cambio significativo, la Iglesia católica necesita un terremoto para cambiar y Francisco apenas hizo una sacudida”.
Comentó que si bien tras la visita del pontífice argentino se legitimaron corrientes como la teología de la liberación, “la mayoría del episcopado no ha hecho nada” y continúa prevaleciendo una agenda moral en temas como el aborto y los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Jorge Traslosheros Hernández, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, la visita del jerarca católico provocó que los obispos que tienen una línea pastoral de mayor cercanía con la gente ganaran impulso, mientras que el cardenal Norberto Rivera Carrera quedó muy aislado, luego de que se interpretara que el mensaje del Papa en la Catedral Metropolitana se dirigía a él.
Consideró que Rivera Carrera es de los últimos obispos “principescos” que aún quedan en las filas de la Iglesia.
Fuente: El Universal