Agencias. Zacatecas, Zac. Se han cumplido nueve años de las huelgas en la mina San Martín en Zacatecas, así como en Taxco, Guerrero y Cananea, Sonora que ha derivado en una serie de conflictos al interior del Sindicato Minero, así como un rosario de amparos de ambas partes, situación que ha impedido poner fin a esta huelga que afectó a unos dos mil mineros en estas tres entidades.
Se estima que en la mina San Martín, ubicada en el municipio de Sombrerete en Zacatecas, la cuales es propiedad de Grupo México, debido a esta huelga dejó de producir aproximadamente cuatro mil toneladas diarias de cobre, plata, plomo y zinc.
Ante esta situación, este lunes, en Zacatecas reapareció en la escena pública Jesús Jiménez, miembro del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos, Siderúrgicos y Similares de la República Mexicana (SNTMMSSRM), quien dijo que en todo este tiempo ha sido perseguido por las autoridades y por la empresa, ya que sobre él, recaen dos órdenes de aprehensión; sin embargo, aclaró que tras lograr varios amparos ha decidido reaparecer para exigir al gobierno federal y estatal que intervengan y se ponga fin a la huelga.
Recordó que el 30 de julio de 2007, en Sombrerete, la sección 201 del sindicato minero que preside Napoleón Gómez Urrutia, estalló la huelga que afectó a 483 sindicalizados.
En entrevista con EL UNIVERSAL admitió que al paso del tiempo y debido a las pugnas al interior del sindicato, aunado a la situación económica que ha implicado a muchos mineros quedarse sin trabajo, más de la mitad unos 283 aceptaron rescindir su relación laboral con la empresa minera, por ello, ya sólo quedan 200 sindicalizados “en pi de lucha” que exigen que se finiquite esta huelga.
Cabe mencionar que derivado de esta huelga, en el año 2010, se registró una trifulca entre integrantes de dos corrientes antagónicas del sindicato minero que ocasionó la muerte del minero Juventino García.
Esta situación recrudeció la puga por los liderazgos al interior del sindicato que un grupo determinó desertar para unirse a la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) para que ésta los representara y se suscitó una nueva pugna entre ambas organizaciones sindicales se disputaran la toma de nota para mantener el Contrato Colectivo con la empresa Grupo México, que derivó en otro enfrentamiento y dejó otra muerte, la cual incluso se le atribuye a Jesús Jiménez.
Sin embargo, tras cuatro años, Jesús Jiménez ha reaparecido y asegura que este sindicato no está doblegado ni tampoco van a “dar su brazo a torcer’, por ello, exigen a las autoridades entrantes y salientes de gobierno estatal que se sienten a dialogar con los sindicatos disidentes para atender esta huelga.
Comentó que a pesar del exilio de Gómez Urrutia, el sindicato no ha desamparado a sus agremiados que están en huelga, ya que perciben cada semana mil 200 pesos como apoyo salarial, cuyo apoyo se recibe a pesar de que la autoridad federal mantiene congeladas las cuentas del sindicato.
Jesús Jiménez asegura que ya no existe ninguna orden de aprehensión procedente en contra de su líder nacional, Napoleón Gómez Urrutia, pero aseguró que se ha determinado “no arriesgarlo a que regrese a México”, sin antes el gobierno mexicano no otorgue las garantías para que pueda regresar a su país.
Por ende, especificó que una de las exigencias es el cese a las persecuciones contra integrantes del sindicato minero, pero principalmente que se sienten a dialogar las autoridades federales y estatales para que puedan finiquitar la huelga que ha cumplido nueve años en Zacatecas, Guerrero y Sonora.
Fuente: El Universal
