En Reino Unido, dos niñas visitaron la casa de Angela Wrightson, mujer alcohólica a quien asesinaron mediante siete horas de tortura. Le causaron 80 heridas y hasta enviaron fotos de su cara ensangrentada por Snapchat.
La noticia dejó impactados a los británicos por la brutalidad con la que se cometió el crimen y el hecho de que haya sido realizado por niñas de 13 y 14 años, mismas que fueron sentenciadas esta semana a un mínimo de 15 años en prisión por tortura y asesinato.
El Dato
- Las adolescentes ya habían visitado la casa de la mujer en varias ocasiones para que les comprara alcohol y cigarrillos, ya que menores de edad no pueden adquirirlos legalmente en Reino Unido.
"En mis 25 años de servicio, nunca había visto un asesinato tan brutal cometido por dos niñas", señaló el agente policial Peter McPhillips.
Usando objetos como una pala, un televisor, una mesa y una impresora, las menores golpearon por horas a Angela Wrightson, de 39 años, mientras esta se encontraba en estado de embriaguez.
Además, una fotografía que las niñas colocaron en Snapchat muestra a una selfie en el que posan junto a la mujer, quien recibió una larga tortura.
Luego del asesinato, las culpables del crimen llamaron a la policía para que las llevaran a casa y cuando estaban en el vehículo policial se tomaron otra selfie. Las menores sabían que la policía las estaba buscando porque se habían escapado de la casa donde estaban bajo custodia por disposición de los servicios sociales.
"Otra vez en la camioneta", era el mensaje que pusieron en la foto.
El Dato
- Ambas adolescentes habían tomado alcohol antes de visitar la casa de la víctima y la mayor de ellas confesó que había tomado medicamentos antes del hecho.
Gerry Wareham, funcionario de la fiscalía, dijo que "en nuestra sociedad es difícil imaginar que dos niñas de tan baja edad sean capaces de este nivel de violencia", según lo detalló el portal de la BBC.
Finalmente, después de que las declararan culpables, el funcionario destacó que el ataque "fue brutal y sostenido. Ya se imagina uno el miedo y el sufrimiento por el que debe haber pasado Wrightson en las últimas horas de su vida", y añadió que "uno hubiera imaginado que las niñas hubieran mostrado remordimiento tras la muerte de la mujer", peor "por el contrario, se reían mientras posaban para un selfie"
