La deuda que tienen las empresas, familias y entidades federativas no representan un riesgo para el sistema financiero, pues en el caso de las familias, tienen la capacidad para sobrepasar periodos de estrés financiero, aseguró el economista en jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano.
Al presentar su estudio Situación Banca, mencionó que el crédito al sector privado mostró señales de recuperación en 2015, al crecer a una tasa promedio real de 8 por ciento al cierre de noviembre, casi el doble del crecimiento de todo el 2014, cuando se ubicó en 4.2 por ciento.
Por segmento mencionó que el principal motor de este crecimiento fue el crédito otorgado a las empresas, al aportar el 60 por ciento del crecimiento total, y reportar un incremento de 10 por ciento en el año que concluyó contra un 3.6 por ciento de 2014.
“Lo anterior nos demuestra que las empresas están regresando a financiarse a través de la banca”, dijo Serrano en conferencia de prensa.
Mencionó que el segundo segmento de mayor crecimiento fue el crédito a la vivienda, con un incremento anual real promedio de 8.4 por ciento, el mayor para un mismo periodo desde 2010 cuando alcanzó el 10 por ciento.
En último lugar se ubicó el crédito al consumo, con un aumento anual real promedio de 4.1 por ciento. Si bien este segmento tuvo un comportamiento más favorable que en 2014, todavía se encuentra por debajo de lo observado en los años previos.
De acuerdo con el reporte, la expansión del crédito, durante 2015, puede atribuirse a la mejoría en la demanda interna, el crecimiento del empleo formal y el entorno de baja inflación que favoreció el poder adquisitivo de los hogares, situación que les permitió tomar montos de crédito mayores.
Pero también hubo otros factores, según Serrano, como la depreciación que ha sufrido el tipo de cambio, que tiene un efecto de revaluación positivo, y la posible sustitución de deuda denominada en moneda extranjera por deuda en moneda nacional por parte de empresas mexicanas. Ambos contribuyeron a acelerar el ritmo de crecimiento de la cartera a empresas durante 2015.
Con respecto al balance financiero de las familias mexicanas, se señaló que los activos le proporcionan a una familia la capacidad de suavizar su consumo en el tiempo y constituyen una fuente de seguridad ante contingencias.
Por otro lado, el endeudamiento excesivo puede significar una carga desmesurada para las familias y debilitar su fortaleza financiera en el mediano y largo plazo.
Sin embargo, el análisis apunta a que la mayoría de los hogares poseen un balance financiero saludable, pues sólo 7.9 por ciento de los hogares registra déficit en su balance.
Con respecto al saldo de la deuda de entidades federativas, municipios y sus organismos, ascendió a 515.7 miles de millones de pesos en septiembre, equivalente a 2.9 por ciento del PIB.
Si bien la deuda local se ha estabilizado después del dinamismo observado en el periodo post-crisis, y aunque su nivel como porcentaje del PIB aún se considera bajo, “la poca flexibilidad y baja transparencia de las finanzas públicas locales, resalta la importancia de dar seguimiento a la evolución de estas obligaciones”, dijo.