-En su último acto en Kenia, se reúne con jóvenes en el estadio Kasarani de Nairobi
Agencias
Nairobi, Kenia
El Papa Francisco llamó a los jóvenes reunidos en el estadio Kasarani de Nairobi, Kenia, a resistir ante la tentación de la corrupción, aunque reconoció que la misma existe en todas las instituciones, incluido El Vaticano.
“Cada vez que aceptamos un soborno y lo metemos en el bolsillo, destruimos nuestro corazón, nuestra personalidad y nuestra patria. Por favor, no tomen el gusto de ese dulce que se llama corrupción”, pidió.
“No sólo en la política, en todas las instituciones, incluido El Vaticano, hay casos de corrupción. La corrupción es dulce como el azúcar, nos gusta y es fácil; pero después terminamos mal, terminamos como los diabéticos y nuestro país termina como diabético”, advirtió.
“La corrupción además nos roba la alegría, nos roba la paz. La persona corrupta no vive en paz. Chicos y chicas, la corrupción no es un camino de vida, ¡es un camino de muerte!”, advirtió.
Francisco, quien improvisó parte del discurso y respondió en español a las preguntas que le hicieron dos jóvenes, identificados como Linette y Manuel, también dijo que para evitar que los jóvenes sean reclutados por grupos violentos es necesario ofrecerles trabajo y estudio.
“Si un joven o una joven no tiene trabajo, no puede estudiar. ¿Qué puede hacer? O delinquir o caer en las dependencias; o suicidarse o enrolarse en una actividad que le muestre un fin en la vida, engañado, seducido”, dijo.
Por lo tanto, “lo primero que tenemos que hacer para evitar que un joven sea reclutado o quiera ser reclutado, es dar educación y trabajo”, señaló.
Si un joven no tiene trabajo, ahí está el peligro, “un peligro social que está más allá de nosotros, incluso más allá del país, porque depende de un sistema internacional que es injusto y que tiene al centro de la economía no a la persona sino al dios del dinero”, lamentó.
El Papa indicó: “Existe una pregunta a la base de todas las preguntas que me han hecho Linette y Manuel: ¿Por qué suceden las divisiones, las luchas, la guerra, la muerte, el fanatismo, la destrucción entre los jóvenes? ¿Por qué existe este deseo de autodestruirnos”.
Respondió que es el espíritu del mal el que lleva a la destrucción, a la deshumanidad, al tribalismo, a la corrupción, a la dependencia de la droga y a la destrucción a través del fanatismo.
El Papa invitó a Lynette y Manuel y a todos los jóvenes a alzarse y tomarse de la mano como un signo contra el tribalismo mientras repetía: “Todos somos una nación. El tribalismo destruye una nación. Si ustedes no hablan y se escuchan unos a otros siempre existirá el tribalismo”, señaló.