*Clase política estadounidense ovaciona al Sumo Pontífice
*Aboga ante legisladores en favor de migrantes y contra pena de muerte
Agencias
Washington, EU
Frente a un Congreso embelesado, el Papa Francisco pronunció un vibrante exhorto a favor de los inmigrantes, al instar a los legisladores a acoger al "extraño en nuestro seno".
En el primer discurso de un pontífice ante las cámaras, aludió tanto a la crisis de migrantes en Europa como a la migración latinoamericana a Estados Unidos y pidió a los legisladores que "respondan de una manera siempre humanitaria, justa y fraternal".
“Que no nos arredren sus números; antes bien, veámoslos como personas, miremos sus caras y escuchemos sus historias, tratando de responder lo mejor que podamos a su situación", dijo Francisco.
Francisco también abogó por la "abolición mundial de la pena de muerte", porque "una pena justa y necesaria nunca debe excluir la dimensión de la esperanza y el objetivo de la rehabilitación".
"Estoy convencido que éste es el mejor camino, porque cada vida es sagrada, cada persona humana está dotada de una dignidad inalienable y la sociedad sólo puede beneficiarse en la rehabilitación de aquéllos que han cometido algún delito", añadió.
"La regla de oro nos recuerda la responsabilidad que tenemos de custodiar y defender la vida humana en todas las etapas de su desarrollo", agregó Jorge Mario Bergoglio en relación con la pena de muerte, que sigue vigente en Estados Unidos.
En otro orden de ideas, Francisco advirtió que "ninguna religión es inmune a diversas formas de aberración individual o de extremismo ideológico".
El Papa constató que "el mundo es cada vez más un lugar de conflictos violentos, de odio nocivo, de sangrienta atrocidad, cometida incluso en el nombre de Dios y de la religión".
Sin embargo, advirtió: "Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar".
A su arribo al Congreso, lo recibió con entusiasmo un recinto atestado por jueces de la Corte Suprema, secretarios del gabinete y legisladores de ambos partidos, que suspendieron sus riñas para ovacionarlo de pie.
El ujier recitó la frase de circunstancias, "Señor presidente, el Papa de la Santa Sede", y Francisco recorrió el pasillo central lentamente, mientras los legisladores aplaudían y algunos inclinaban la cabeza al verlo pasar.
Después del discurso, salió a un balcón del Capitolio, desde el cual se dirigió brevemente a los miles que ocupaban los jardines y el parque más allá. "Buenos días", dijo, y le respondió un saludo atronador.
Francisco pidió a una multitud de decenas de miles que recen por él. Esto es tradicional en él, pero en esta ocasión, hablando en español, reconoció que no todos los presentes eran cristianos o siquiera creyentes:
“Si hay entre ustedes algunos que no creen o que no pueden rezar, les pido que me envíen buenos deseos".
Concluyó en inglés con "Dios bendiga a Estados Unidos".
Posteriormente fue a una iglesia local, donde pronunció una breve alocución en español sobre la ayuda a los pobres, para reunirse luego con indigentes en las Caridades Católicas de la Arquidiócesis capitalina.
Más tarde, el Papa abordó su avión para dirigirse hacia la ciudad de Nueva York, no sin antes hacer una última ronda de saludos y fotos con estudiantes de Washington, y se detuvo para acariciar el rostro de una pequeña y las cabezas de otros niños en su trayecto a la base Andrews de la Fuerza Aérea.
Curas pederastas, vergüenza para Iglesia
El Papa Francisco calificó de "vergüenza" los actos pederastas cometidos por miembros de la Iglesia católica de Estados Unidos, en una ceremonia celebrada en la catedral de San Patricio de Nueva York.
En un oficio religioso con asistencia de clero, religiosos y religiosas estadounidenses, el pontífice reconoció que "han sufrido mucho a causa de la vergüenza provocada por tantos hermanos que han herido y escandalizado a la Iglesia en sus hijos más indefensos".
El pontífice les dijo que sabe de su sufrimiento "como cuerpo presbiteral, junto con el Pueblo de Dios" por esos actos, que él mismo calificó de "crímenes" esta misma semana en la reunión que mantuvo con los obispos estadounidenses.
"Los acompaño en este tiempo de dolor y dificultad, así como agradezco a Dios el servicio que realizan acompañando al Pueblo de Dios", dijo el Papa a los religiosos reunidos en la catedral neoyorquina.
A ellos les instó Francisco el miércoles a trabajar para que "no se repitan nunca más" esos actos durante los que denominó "momentos oscuros" de los últimos años en la Iglesia en este país.
"Soy consciente del valor con el que han afrontado momentos oscuros de su recorrido eclesiástico sin temer autocríticas ni ahorrarse humillaciones y sacrificios", dijo el Papa en esa ocasión, pero sin citar explícitamente casos de abusos sexuales a menores.
Este jueves, el Papa aludió en Nueva York a los casos de pederastia cometidos por miembros del clero estadounidense, después de recordar a "los sacerdotes y consagrados de este país que, sólo en el campo de la educación, han tenido un papel fundamental".
Y ello, explicó, "ayudando a los padres en la labor de dar a sus hijos el alimento que los nutre para la vida".
Jorge Mario Bergoglio se refirió específicamente en este aspecto a las contribuciones de santa Isabel Ana Seton, cofundadora de la primera escuela católica gratuita para niñas en Estados Unidos, y de san Juan Neumann, fundador del primer sistema de educación católica en el país.
Más temprano, a su arribo a la catedral de San Patricio en Nueva York, el Sumo Pontífice fue acogido por miles de ciudadanos, así como el gobernador Andrew Cuomo, el alcalde Bill de Blasio y otros dignatarios que lo recibieron al pie de la escalinata.
El dato
Francisco aludió tanto a la crisis de migrantes en Europa como a la migración latinoamericana a Estados Unidos, pidiendo a los legisladores que "respondan de una manera siempre humanitaria, justa y fraternal".