Habitantes de La Esperanza, asentamiento ubicado en el lecho seco del río Cazones, construyen muro con basura, tierra y piedras
Por Anthon Ovando
Poza Rica
Pese a que autoridades municipales y estatales han expresado abiertamente que no permitirán formación de colonias en zonas de alto riesgo, decenas de personas siguen instalándose en lechos de ríos, orillas de arroyos, cerros o zonas de derrumbes y se niegan a abandonarlos.
El caso más notorio en esta ciudad es el de alrededor de 85 familias que se han instalado en el lecho seco del margen derecho del río Cazones en la parte de posterior de la colonia Morelos, quienes, además, construyen un muro con lodo, escombro y, en algunos tramos, basura, con el presunto objetivo de evitar inundaciones en la próxima temporada de lluvia.
Alberto Juárez San Martín, representante de colonos, aseguró que los trabajos constan de la edificación de una muralla sobre los márgenes del arroyo que desemboca en el río Cazones, además de crear un relleno en las principales calles del asentamiento, para evitar que el agua se introduzca a sus viviendas.
Resaltó que la construcción del improvisado muro se encuentra en su última etapa, pues tras varios años y toneladas de basura, tierra, escombros y piedras, los colonos han conformado una protección que les permite garantizar su estancia en críticos momentos.
“Con nuestros propios medios y ayuda que recibimos hemos realizado el muro que nos ha sido muy útil, las últimas dos crecientes no pasó a mayores como en la primeras, ahora sólo es cuestión de alzar el nivel de las calles para que estemos libres de peligro”, dijo Juárez San Martín.
Actualmente realizan trabajos de relleno en las principales calles para incrementar el nivel del área y con ello poder evitar que el agua se cuele por la parte sur del asentamiento, donde en años pasados arrasó con 14 viviendas.
Los vecinos de alguna manera se encuentran agradecidos con las autoridades municipales, sólo por el hecho de dejarlos vivir en el área, ya que la mayoría de las familias son de escasos recursos, por lo que no cuentan con un patrimonio.
Juárez San Martín reconoció que las casi 100 familias que habitan el lugar son invasores y que la zona que habitan es de alto riesgo; sin embargo, aseguró que no pierden la esperanza de que un día las autoridades competentes regularicen su ubicación.