JUAN DAVID CASTILLA
XALAPA
Veracruz es uno de los estados de la República Mexicana cuyos cultivos presentan mayores daños por la actividad del fracking.
Se estima que más de 38 mil unidades productivas del programa Sembrando Vida, 31% de la producción nacional de naranja y 51% de la producción de vainilla, entre otros cultivos, están en riesgo por los impactos asociados al fracking, reveló una investigación realizada por CartoCrítica y la Alianza Mexicana contra el Fracking.
El 31% de la producción de naranja, 51% de vainilla y 38,338 unidades productivas del programa federal Sembrando Vida están en riesgo por su cercanía con pozos fracturados.
En este caso, sobresale la vainilla, ya que el 54% de la producción nacional ocurre en esta región, sigue la tangerina, el litchi y la naranja con 37%, 37% y 31% de la producción nacional, respectivamente.
Se ubicaron 499 mil 953 unidades de producción incorporadas al programa. Dichas unidades están en 20 entidades, pero Chiapas, Veracruz y Tabasco concentran el 45% de ellas (19%, 15% y 11%, respectivamente).
Esta clasificación ubica 7,581 unidades de producción (18,953 hectáreas) de Sembrando Vida a menos de 5 kilómetros de distancia de un pozo fracturado. Veracruz concentra el 60% de estos predios, seguido de Tabasco y Puebla.
Al considerar las unidades ubicadas en bloques de yacimientos no convencionales en espera de ser licitados, así como áreas con contratos y asignaciones vigentes, el número de productores potencialmente afectados asciende a 38 mil 338; es decir, a 95 mil 845 hectáreas, ubicadas en Veracruz (15,437 unidades), Hidalgo (8,230 unidades) y San Luis Potos (9,246 unidades).
El fracking genera salmueras, emisiones, contaminación y escasez de agua y derrames de hidrocarburos que tienen el potencial de afectar la productividad de los cultivos de los alrededores, incluyendo miles de parcelas adscritas al programa Sembrando Vida, tal y como lo demuestra el informe “Fracturando el campo”.
POZOS
De acuerdo con la Comisión Nacional de Hidrocarburos, para 2019 en México se registraban 7 mil 840 pozos fracturados distribuidos en 68 municipios de siete entidades acumulando 35 mil 979 fracturas.
Sembrando Vida es un programa social prioritario del gobierno federal diseñado para atender a la población marginada y con rezago en zonas de alta biodiversidad.
Con el programa las familias campesinas establecen sistemas productivos agroforestales en predios de 2.5 hectáreas en los cuales combinan el sistema milpa con árboles frutales y maderables. El programa otorga apoyos económicos, en especie y acompañamiento social y técnico a los participantes.
“Considerando el apoyo económico de $6,000 pesos mensuales otorgado a cada productor, encontramos que solo en 2023 fueron erogados aproximadamente $545.83 millones de pesos en las unidades potencialmente afectadas por su exposición a pozos fracturados. De continuar fracturando pozos en las zonas mencionadas, se corre el riesgo de afectar a los beneficiarios de un proyecto que aspira a ser algo más que una transferencia económica directa para las familias campesinas; aspira a generar un medio de vida basado en la producción agroforestal. Es claro que se trata de dos actividades que no pueden coexistir, pues la fracturación amenaza tanto a los predios vecinos, como a sus habitantes”, se lee en el informe.
TERCER LUGAR NACIONAL
Veracruz ocupa el primer lugar nacional con mayor actividad de fracking para la extracción de hidrocarburos, donde se han perforado miles de pozos.
La extracción de hidrocarburos mediante la fracturación hidráulica se detectó en zonas urbanas de localidades de Veracruz y Puebla, donde hay fugas de gas metano que representan un riesgo para la salud humana.
En conferencia de prensa, realizada en Xalapa, integrantes de la Alianza Mexicana contra el Fracking (AMF) indicaron que la empresa de Petróleos Mexicanos (Pemex) sigue utilizando el método de fracturación hidráulica.
De acuerdo con Cecilia Navarro González, miembro de dicha alianza, hay 2 mil 53 pozos de fracking, de estos, mil 398 están abandonados (el 68%) y 655 en operación (32%); en Papantla, 169 pozos están en funcionamiento y 568 en desuso.
Indicó que se realizaron estudios por parte de organizaciones ambientalistas y se determinó que hay fracking en nueve municipios de Veracruz, como Tihuatlán, Papantla, Poza Rica y Coatzintla, por mencionar algunos.
El fracking se realiza como parte del proyecto Aceite Terciario del Golfo, mismo que estaría vigente hasta el año 2031.
Cecilia señaló que se aprobaron más recursos para el desarrollo de la fracturación hidráulica por un monto superior a los 4 mil millones de pesos.
También Alejandra Jiménez Ramírez, integrante de la alianza, indicó que desde hace diez años comenzaron con los estudios en lugares como Venustiano Carranza y Pantepec, estado de Puebla, pero también en Poza Rica, Papantla y Coatzintla.
“Encontramos en pozos activos y pozos que ya están fuera de funcionamiento que son permanentes las fugas de gases, esto nos preocupa mucho porque la mayoría de los pozos son cercanos, son aledaños a casas habitación”, indicó.
Las ambientalistas pidieron al gobierno federal que cumpla su compromiso y prohíba el fracking en el país.
AGUA CONTAMINADA
El fracking para la extracción de hidrocarburos contamina el agua y ha provocado escasez en diversas localidades de la zona norte de Veracruz.
Así lo dio a conocer Alejandra Jiménez Ramírez, integrante de la Alianza Mexicana contra el Fracking (AMF), quien añadió que cada pozo sometido a procesos de fracturación hidráulica (fracking) requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua dulce.
El líquido es mezclado con más de 750 sustancias, muchas de ellas tóxicas, como arsénico y benceno, con lo que queda irremediablemente contaminado.
En rueda de prensa, realizada en Xalapa, mencionó que el agua se les quita inevitablemente a las comunidades que la utilizan para el consumo y para actividades agrícolas.
La ambientalista de la zona norte de Veracruz indicó que esto es especialmente grave en un país con estrés hídrico y con un régimen de lluvias alterado.
“Los pozos que son fracturados no llegan solos; los habitantes de las comunidades en donde hay fracking se ven obligados a comprar agua, porque se secan sus manantiales y fuentes de agua”.
La Alianza Mexicana contra el Fracking es un colectivo de más de 40 organizaciones civiles y sociales que desde 2013 busca prohibir el uso de la fractura hidráulica o fracking, defendiendo el agua y el territorio.
“Sin importar si están en operación o abandonados (pozos), permanecen emitiendo gases tóxicos para el ambiente y para la salud humana. Es momento de dejar atrás está sucia tecnología”, enfatizó Alejandra Jiménez.