Los tiburones son estigmatizados como “malos o peligrosos” para el ser humano por comentarios del filósofo René Descartes, consideró el integrante del Centro de Investigaciones Biológicas del Noreste (Cibnor) de la Paz, Baja California, Mario Jaime Rivera.
A su parecer, las frases del pensador han ocasionado que la gente tema a la especie marina, presuntamente “agresivos”.
“La frase: los gritos, la desesperación, las convulsiones y otras manifestaciones de sufrimiento de los animales torturados son intrascendentes comparados al tañido de un inerte carrillón de un reloj. Pues los animales no sienten dolor alguno”, ejemplificó.
En la conferencia magistral “Tiburones, Sobrevivientes en el tiempo”, impartida en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2016, el investigador destacó que todos los animales sienten.
Hasta el momento han sido descubiertas 500 especies de tiburón, de las cuales siete están catalogadas “peligrosas” por los frecuentes ataques a las personas.
Algunas de las especies más conocidas son: pez sierra, tiburón carpeta, tiburón duende abismal y abisales, mejor conocidos como toyitos.
Entre las especies más “agresivas” se encuentra el tiburón toro y tiburón tigre, mismos que han atacado con mayor frecuencia a la gente.
Cuando capturan a su presa, desprenden la mandíbula para tragarla y depositarla en el segundo estómago, llamado pirólico, toda vez que no mastican al comer.
También sueltan un diente que les causa dolor pero no lo manifiestan con sonidos. Cada año, pierden hasta seis mil de estos en las mareas, mismos que, con el paso de los años, se fosilizan en el océano.
Los pescadores argumentan que los tiburones no sienten y, por ello, les cortan la cabeza al ser extraídos del agua. De ellos, extirpan el aceite del hígado y venden su carne a diez o 20 pesos el kilogramo.
“Se requiere protección mundial y no sólo local, ellos migran grandes distancias de kilómetros, por temporadas deambulan en algunas zonas, no pernotan siempre en el mismo lugar, se mueven mucho. Tienen amigos, son las rémoras, se cree que no los consumen porque ellas (rémoras) se comen los desechos de las branqueas”, remató.