*El embate contra los territorios indígenas es más fuerte que nunca, asevera investigadora
*No se les consulta para instalar hidroeléctricas o extraer hidrocarburos
Guadalupe López Espinosa
Xalapa
Aun cuando se ha dado un mayor reconocimiento a los derechos de los pueblos indígenas, en la actualidad el embate y el acoso contra sus territorios es más fuerte que nunca, por lo que dichos derechos están más en el papel, manifestó Rachel Sieder, investigadora del Centro de Investigaciones y Educación Superior en Antropología Social (Ciesas-Centro).
La investigadora habló así durante su conferencia Pueblos Indígenas ante el derecho en América Latina ¿un paso adelante, dos pasos atrás?, que ofreció en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la Universidad Veracruzana.
Apuntó que México fue el primer país en ratificar el Convenio 169 y ha tenido tres reformas constitucionales, pero no ha tenido una reforma constitucional tan profunda para reconocer la pluriculturalidad.
Agregó que los Estados no ratifican los convenios solo porque se les ocurre, sino porque también hubo una masiva presión por parte de los pueblos indígenas organizados, como la campaña regional de 500 años de Resistencia indígena en 1992, en contra de la celebración de los 500 años del descubrimiento de las Américas.
Mencionó que durante los años 80, 90 y 2000, se reformaron las constituciones en la región (Latinoamérica), para reconocer la pluralidad cultural y una serie de derechos de los pueblos que ponderan la existencia misma de los grupos indígenas, el reconocimiento del derecho propio, del derecho consuetudinario, a la propiedad colectiva de tierras, el usufructo de recursos naturales, el derecho a la educación bilingüe, a la aplicación de la justicia indígena y de jurisdicciones territoriales y de autonomías territoriales.
Sin embargo, destacó, se tendría que reflexionar cuál es el efecto de esta legalización, por qué se da ahora y por qué en una fase donde el embate contra los territorios indígenas es más fuerte que nunca.
“Cómo entendemos que tenemos más derechos en el papel que nunca y la amenaza a los territorios parece peor que nunca. Estamos en una nueva fase muy dura de extracción y de acoso sobre los territorios”.
Asimismo, puntualizó, a pesar del reconocimiento de esos derechos de los pueblos indígenas se siguen haciendo hidroeléctricas y dando concesiones para extraer minerales y petróleo sin consultar a las comunidades.
“La extracción masiva de los minerales, de petróleo y de madera, así como la construcción de hidroeléctricas, ponen en peligro la autodeterminación de los pueblos indígenas y la sobrevivencia física de los mismos”, destacó.
En ese sentido, dijo que la jurisprudencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha empezado a reflejar ese derecho a la consulta y al consentimiento previo libre e informado de las comunidades con respecto a esas extracciones y explotaciones.
Agregó que la creciente jurisprudencia sí está apuntando a la obligación de los estados de consultar para conseguir ese consentimiento.
También dijo que los actores privados y las fuerzas policiacas en muchos países, así como el Ejército, siguen ejerciendo una violencia sistemática contra los procesos sociales y es muy común que los defensores y activistas de derechos humanos enfrenten mucho hostigamiento y muchas acciones legales cuando tratan de defender los derechos colectivos al territorio y recursos naturales.