* Modesto Rolland, un pensador revolucionario, lo construyó en 1925 y 20 años después edificó con una estructura similar la Plaza de Toros México
*El inmueble se construyó en un tiempo récord de dos meses y medio, con elementos inéditos
Naldy Rodríguez
Xalapa
Su construcción fue en un tiempo récord: 2 meses y 16 días, y 90 años después su estructura sigue incólume; el tiempo no ha hecho estragos y ha sido testigo mudo de la historia deportiva, política y social que se ha forjado en este lugar.
Su constructor, Modesto Rolland, un pensador revolucionario de su tiempo, levantó el estadio xalapeño Heriberto Jara Corona en 1925, bajo condiciones de estrechez económica para el Gobierno del Estado, que tuvo que dejar de pagar a sus burócratas para que terminara la obra.
Algunos registros se han perdido, otras son historias contadas en voz de quienes vivieron ese año el evento, como el investigador e historiador Leonardo Pasquel Jiménez, quien recuerda que él cursaba el bachillerato cuando el entonces gobernador, Heriberto Jara, inauguraba el estadio. Era un 20 de septiembre.
Fue construido en una ciénaga natural donde ya se celebraban algunos eventos deportivos y concentraciones que tenía la sociedad xalapeña de la década de los 20, pero su innovadora arquitectura sorprendió a Latinoamérica, pero sobre todo la forma en que se construyó con un techo volado de más de 3 mil metros cuadrados.
El lugar fue identificado por William K. Boone, presidente de la Cámara Nacional de Comercio de Xalapa, como un sitio natural, por lo que convenció al gobernador Heriberto Jara de secar el pantano y construir en una superficie de 33 mil 125.83 metros cuadrados un estadio colosal.
“Se hizo la cimbra completa y se coló de forma completa, por esa razón la obra se hizo en dos meses y 16 días, tardaron más en el cimbrado y armado que en el colado, el colado se hizo continúo, en unos cuantos días”, explica su nieto Jorge M. Rolland Constantine.
Muy pocas imágenes quedan de la construcción, se cree que existe un video tomado por el fotógrafo del gobierno de Veracruz, Atanasio de Vázquez, aunque los familiares del ingeniero Rolland y autoridades desconocen su ubicación.
Tampoco se conoce mucho de las herramientas que utilizó, ya no queda nada de aquel equipo, pero sí se sabe que la estructura principal se realizó en una sola unidad, por eso a lo largo de los años no ha presentado daños graves, se mantiene de pie y firme.
“Se hizo la excavación con una pala de vapor y ahí andaba la gente arrimándole leña para que sacara vapor y pudiera funcionar. Dicen los relatos periodísticos de aquel entonces que todo mundo en Xalapa se iba a asomar para ver la obra”, cuenta Rolland Constantine, quien es presidente del Club de Industriales de Querétaro.
Veinte años después, Modesto Rolland construyó la Plaza de Toros México, la cual tendría la misma estructura, cimbrado y colado con el que se edificó el estadio de Xalapa. También se aprovechó el terreno natural con socavamientos para forjar los edificios.
El colado se realizó en sólo tres semanas, con una cantidad de concreto sin precedentes en México en ese entonces (1945) y al igual que el estadio xalapeño no presenta grietas, asentamientos, está sólido.
“Lo interesante es que el concepto que se tenía en aquel entonces es que la solidez de la construcción se daba cuando el colado de concreto en estas grandes obras era masivo, era un solo colado“, señala el descendiente del constructor del estadio.
Escenario político veracruzano
En 1924 había iniciado su gobierno Heriberto Jara Corona, quien terminó su mandato con vaivenes con la parte federal, quizás en parte por los problemas financieros en los que había sumido al estado debido a la construcción del monumental estadio.
Con una población calculada en esos años de unos 20 mil habitantes en la ciudad de Xalapa, el presidente de la República, Plutarco Elías Calles, y el gobernador, Heriberto Jara Corona, inauguraron el 20 de septiembre de 1925 el estadio xalapeño.
El evento causó gran revuelo a nivel nacional y hasta internacional, por el tiempo récord en el que se construyó, su estructura y arquitectura, además contenía bellos elementos como la columnata con estatuas de estilo neoclasicista, que cierra la pista de atletismo del lado opuesto del graderío.
A partir de ese entonces el estadio se convirtió en un recinto de referencia y significación, política e histórica, de Veracruz y México, destaca el exalcalde de la capital del estado, Rubén Pabello Rojas, quien ha sido protagonista y espectador de los principales acontecimientos en la ciudad.
Incluso recuerda que en el periodo que fue munícipe, fue llamado por el gobernador Rafael Hernández Ochoa como el centro ceremonial por la connotación histórica y los momentos políticos que ahí se han vivido, desde toma de protestas del gobernador Miguel Alemán Valdez en 1936 y de su hijo Miguel Alemán Velasco, 62 años después.
También fue punto de concentraciones políticas del partido que gobernaba, de asociaciones campesinas, justas deportivas de carácter nacional e internacional, y en los últimos años se ha utilizado hasta para reuniones religiosas (de católicos y evangélicos) y hasta para conciertos.
Con la construcción del Teatro del estado de Xalapa, en el mandato de Antonio Quirasco, quien gobernó de 1956 a 1962, algunos eventos políticos y sociales fueron trasladados a ese nuevo espacio. Sin embargo, el estado xalapeño Heriberto Jara aún es escenario de importantes eventos, el último: los Juegos Centroamericanos y del Caribe.
Su estructura actual
El estadio Heriberto Jara Corona tiene hoy una capacidad para 12 mil espectadores. Tiene área médica, y estación y control de dopaje, áreas técnico deportivas, cabina de audio, video e iluminación, además de monitores de seguridad.
Cuenta con sala de prensa, conferencia y apelaciones, así como áreas de registro y control, y una oficina de administrador y campo.
Tiene también un área de calentamiento de atletas, vestidores, sanitarios, regaderas y sala de espera, accesos diferentes para atletas, medios y público y estacionamiento.