*El objetivo es que desistan de su lucha contra la hidroeléctrica
*Reciben llamadas telefónicas y son vigilados por gente a bordo de camionetas
Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Defensores de la Cuenca del río La Antigua han sido perseguidos, intimidados y amenazados por sujetos desconocidos para que declinen en su lucha y la empresa Odebretch pueda construir una presa hidroeléctrica en la región de Jalcomulco.
En varias ocasiones, personas a bordo de camionetas blancas han seguido a los ejidatarios cuando transitan sobre la carretera Jalcomulco-Xalapa, o cuando se dirigen a sus parcelas para trabajar en sus cultivos.
Los agraviados sospechan que el Gobierno o la empresa brasileña están detrás de dichas acciones para que retiren el campamento que fue montado hace un año y seis meses en el ejido Tamarindo, de la comunidad de Tuzamapan, Coatepec, para impedir el ingreso de maquinaria.
De acuerdo con el integrante de la agrupación Pueblos Unidos de la Cuenca de La Antigua por Ríos Libres, José Luis Hernández Beltrán, el hostigamiento ha sido percibido desde que los ejidatarios iniciaron el plantón en el lugar mencionado.
"Cuando salimos nos siguen vehículos, no sabemos con qué intención pero nos siguen vehículos", relata el activista al ser entrevistado en un restaurante de la capital veracruzana.
Los defensores del río La Antigua también han recibido amenazas vía telefónica para que acaben con la resistencia civil.
"Nos dicen, ya bájale, no te metas en esto porque es peligroso para ti. En el momento nos intimidan pero sabemos que la lucha tiene causa y por eso vamos a seguir. Sabemos que detrás de todo esto está la ambición del recurso natural y que estas empresas que vienen con todo son las responsables de estas acciones negativas", añade Hernández Beltrán.
El activista enfrenta cuatro demandas interpuestas por dueños de empresas de aventura, ubicadas en Jalcomulco, quienes están a favor de la construcción de presas en el río y operan en contubernio con la compañía Odebrecht para tal cometido.
Hace unos meses, otros activistas fueron encarcelados en el penal de Pacho Viejo por el mismo problema, pero afortunadamente fueron liberados.
Los ambientalistas solicitaron que la Cuenca del río La Antigua sea reconocida como patrimonio cultural internacional por su riqueza ecológica.