*Denuncian que fueron despojados de sus tierras con decreto de expropiación arbitrario
*Vamos a tomar a la fuerza lo que nos corresponde, dicen
Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Indígenas de la Sierra de Soteapan protestaron frente a Palacio de Gobierno y amagaron con "levantarse en armas" para defender sus tierras, mismas que fueron expropiadas por el Gobierno del Estado en 1998.
Los 38 ejidatarios, quienes eran propietarios de 975 hectáreas, resultaron severamente afectados, toda vez que no recibieron el pago correspondiente por su propiedad y actualmente se les impide cultivar maíz, café y otros productos agrícolas en dicho lugar.
“De 1980 a 1998 el pueblo trabajaba normal ocupando sus tierras, nada más llegó el decreto, ya con el decreto en la mano, dijeron: No, estas tierras fueron expropiadas, pertenecen al Gobierno del Estado, cabrón que trabaje se va para adentro”, expresaron.
Denunciaron que las autoridades estatales sólo les han dado largas y han mostrado desinterés en la solución del conflicto.
“Queremos formar el primer ejército indio en la Sierra de Soteapan, de ahí va a surgir el primer grupo armado de la sierra, tenemos suficientes huevos para hacerlo, vamos a tomar a la fuerza las tierras que nos corresponden”.
“No tenemos armas ahorita pero vamos a buscar alianzas para romperle la madre al Gobierno, es la única forma de que nos hagan caso, quieren chingarnos nuestras tierras y no nos quieren pagar”, advirtió el presidente de Pueblos Indígenas de la zona, Fidencio Fernández Carrera.
Desde diciembre pasado, el secretario de Gobierno, Gerardo Buganza Salmerón, se ha negado a recibirlos para tratar el tema.
“El problema no es que no nos reciba, el problema es que no nos deja usar las tierras, no nos deja trabajar, porque nos echa a la Semarnat, nos echa a la Profepa, luego nos denuncian ante la Procuraduría de Justicia de que somos invasores, de que somos talamontes”, refirió Fernández Carrera.
Hombres y mujeres están dispuestos a “levantarse en armas” para defender su territorio y mejorar la calidad de vida de sus familias.
“No somos delincuentes, eso que quede bien claro, lo hacemos por nuestras tierras”, culminaron.