29 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

Violencia contra el menor, en aumento

 

A pesar de que se supone que los niños deben ser resguardados por las familias, protegidos por sus padres en su carácter de seres vulnerables, muchas veces no es así, pues el maltrato puede ir desde una nalgada hasta casos extremos como el encadenamiento y dejarlos sin alimentos.

Hechos como el ocurrido el pasado mes de mayo, donde gracias a la denuncia de vecinos en redes sociales, fueron rescatados un menor de 12 años que permanecía encadenado y dos de sus hermanos, sin alimentos, en Jardines de Santa Fe, en el puerto de Veracruz.

O también el caso del menor de apenas siete años que era atado en la ventana de su casa “por portarse mal”, en la capital del estado, cuyo padre, Carlos Rojano López, miembro de una iglesia evangélica, fue denunciado también en redes sociales en junio de 2014.

Así como el más reciente, ocurrido en la ciudad de Banderilla, donde un vecino alertó a las autoridades de un pequeño que al parecer era maltratado por su madre, quien le ponía aceite de almendras en los ojos, caso que todavía se encuentra bajo investigación.

Como éstos se pueden enumerar muchos más, sin embargo, es importante que las autoridades pongan manos a la obra para poder garantizar la protección de los niños y que disfruten esta etapa de la vida como cualquier ser normal.

Al respecto, la titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor, Adelina Trujillo Landa, señaló que se cuenta con una base de datos de maltrato infantil, la cual se nutre día a día con la información de la dependencia a su cargo y con la que envían los DIF municipales.

Afirmó que las procuradurías de la Defensa de Menor, la Familia y el Indígena municipales tienen la obligación legal de hacer una investigación ante cualquier denuncia que pudiera presentarse por un presunto maltrato a un menor, al igual que las autoridades del DIF estatal.

Indica que todas y cada una de denuncias que se presentan, ya sea ante las procuradurías municipales, así como a través de la línea 089 de denuncia anónima, deben ser investigadas.

“El trabajo que nosotros tenemos con ellos en materia de capacitación es permanente, de atender a todos los llamados. No todos los llamados que nos participan son ciertos, pero la obligación y responsabilidad del estado a través de los municipios es atender todos los llamados posibles”.

Trujillo Landa manifiesta que hay una línea abierta las 24 horas del día para que puedan denunciar hechos, por lo que al DIF estatal corresponde vigilar el seguimiento para que todas las denuncias puedan tener los efectos de protección a los niños de forma inmediata.

Son los municipios los que tienen la tarea, explica, los que deben ir alimentando la base de datos de maltrato infantil, pues muchas de las denuncias se presentan directamente ante ellos.

De igual forma, detalló que en casos donde hay agresión física directa o de acuerdo al estudio psicológico que se hace a los menores se detecta el llamado Síndrome del Menor Maltratado, éstos de forma inmediata se ponen bajo resguardo de algún familiar o de las casas asistenciales de los DIF municipales o del estatal.

 

CON MALTRATO NO SE NEGOCIA

 

La funcionaria estatal es clara al señalar que cuando se detecta un maltrato físico o agresión a los niños, el DIF estatal no negocia con nadie, por el contrario, de inmediato se interpone una denuncia penal en contra del o de los responsables ante el Ministerio Público y se pone bajo resguardo a los pequeños.

“De inmediato se abre una carpeta de investigación en contra de las personas agresoras del menor. Atendemos diariamente en esa modalidad a varios niños o niñas, no todos forman parte de una denuncia, tratamos en la medida de que se pueda hacer, nunca cuando hay golpes o maltrato o huella de maltrato podemos conciliar con alguien, pero el trabajo permanente es citando a estas personas, cuál es la situación económica o de problemática social al interior de la familia”.

Ante esta situación es necesario que como sociedad se cierren filas para evitar el maltrato infantil, evitar mirar hacia otro lado o cerrar las puertas y ventanas de nuestras casas para no escuchar el grito de auxilio que sale de la casa vecina o de la calle de enfrente.

 

Es necesario sensibilizarse ante esta situación para permitir que los niños, nuestros niños, crezcan en un ambiente sano que les permita desarrollarse como seres humanos de bien y no repitan patrones que en nada ayudan a la sociedad.