*Biólogos de la Universidad Veracruzana realizan estudios desde hace cinco años, con el propósito de prevenir accidentes
*Los hongos son los principales derribadores de árboles
Juan David Castilla Arcos
Xalapa
Árboles que se encuentran en la zona universitaria de la capital del estado presentan afectaciones por plagas y cuarteaduras, por lo que podrían colapsar y ocasionar una tragedia.
Biólogos de la Universidad Veracruzana (UV) realizan estudios desde hace cinco años, con el propósito de prevenir accidentes.
Como parte de un programa para el control de los árboles, pintan números y diferentes colores en éstos para que las autoridades municipales sepan en qué condiciones se encuentran y procedan a talar los que sean necesarios.
Se trata de especies como Liquidámbar (Liquidambar), Encinos (Quercus) y Hayas (Platanus, Fagus); algunos árboles tienen decenas de años.
De acuerdo con el director del Instituto de Investigaciones Forestales de la UV, Miguel Armando López Ramírez, las autoridades municipales no están realizando las supervisiones correspondientes.
El entrevistado detalló que las marcas que han colocado representan el grado de peligrosidad de cada árbol.
“Tenemos diferentes marcas para las diferentes situaciones de los árboles: precaución, peligro, un riesgo bajo y cosas así, es toda una nomenclatura. Hay colores y hay número, cuando hay una marca roja es que hay un mayor peligro. Esto obedece a un programa de trabajo, no podemos tirar todos de golpe”, emitió.
Los especialistas han marcado miles de árboles en la zona universitaria; actualmente, están “geoposicionados y mapeados”.
“Se verifica todo, plagas, coloración, corteza, la raíz, el suelo, para todo hay nomenclatura. Los hongos son los principales derribadores de árboles, porque los hongos crecen a nivel del suelo y le dan en la torre a la base”, refirió el biólogo mientras analizaba los árboles.
El pasado viernes cayó un árbol, justo atrás de la Facultad de Contaduría y Administración. Tuvo que ser cortado porque obstruía el camino arbolado que conduce a la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI); no hubo lesionados ni daños materiales.
“Hay cosas que no se pueden calcular bien. Por ejemplo, un temblor no lo sentimos porque es muy leve, pero el árbol sí, porque se mueve la tierra y la estructura del árbol se puede quebrar por dentro y eso lo debilita mucho. Éste que se cayó tiene una fractura”, culminó.