*Este fenómeno incide en la redistribución de las poblaciones, afirma investigador del Colegio de México
*Uno de los efectos es que desarticulan las familias
Naldy Rodríguez
Xalapa
La inseguridad y el narcotráfico es un fenómeno que ha modificado la distribución poblacional en México en los últimos años, hasta dejar localidades fantasma.
El investigador del Centro de Estudios Históricos del Colegio de México, Ariel Rodríguez Kuri, señaló que la seguridad hay que tomarla en serio como un fenómeno de redistribución.
"Algo ocurrió desde las décadas de los 90 que se detectan pueblos casi fantasma, en varias partes, en la huasteca oaxaqueña, seguramente la violencia tiene que ver con eso, seguramente el problema de la frontera con Estados Unidos que se hizo más dura, que sí pasas ya no regresas tan fácil, entonces se va desarticulando la familia o se llevan a toda la familia", destacó.
Al impartir la conferencia Claves ocultas: territorio, población y poder con estudiantes del doctorado en Historia y Estudios Regionales de la Universidad Veracruzana, dijo que aún faltan investigaciones que profundicen los efectos de la inseguridad en la migración interna y hacia Estados Unidos.
"Es un fenómeno que está en proceso, todavía faltan muchas respuestas", mencionó.
Lo que sí se sabe, remarcó, es que la violencia tiene un gran impacto en la estructura poblacional. Y citó como ejemplo la migración que se dio en Michoacán en la época de la cristiada, conflicto armado que se prolongó desde 1926 a 1929 entre el gobierno de Plutarco Elías Calles y religiosos, donde sus habitantes se refugiaron en Guadalajara y Guanajuato o en Estados Unidos.
"Fueron cerca de 80 mil los que se desplazaron, para esa época es mucho, zonas del bajío y el Occidente mexicano que se despoblaron. No sería nada nuevo, eso pasa en los conflictos donde hay violencia", explicó.
Rodríguez Kuri subrayó que es necesario documentar las migraciones internas del país, pues el desequilibrio entre grandes ciudades y pequeñas localidades genera otros conflictos.
"Esta relación equilibrada que había entre grandes ciudades y sus pueblos se está deteriorando y ahora sí se están desbordando ciertos conflictos", alertó el investigador.
Si bien desde 1940 se registra una urbanización histórica con el aumento de habitantes en las ciudades, no desaparecieron las pequeñas localidades del campo.
Había presencia de habitantes en esta zona, aunque su contribución al Producto Interno Bruto es de 5 por ciento.
"Hay pueblos vivos, producto también de la reforma agraria que logró un equilibrio entre el disparo de la urbanización y la sobrevivencia de los pueblos", dijo e insistió en que algunas redes podrían estarse debilitando y rompiendo ese equilibrio.