*La falta de garantías de seguridad y legalidad desincentiva las inversiones, advierte
*Además genera desempleo y que la gente se enrole en actividades ilícitas
Jorge Morales
Xalapa
El académico y especialista en temas de economía, Rafael Arias Hernández, consideró que fenómenos sociales como la violencia y la delincuencia organizada están impactando la economía veracruzana y las actividades productivas.
Advirtió que en materia económica, la falta de garantías de seguridad y legalidad desincentiva las inversiones, daña negocios, y genera pérdida y abandono de empleos, lo que deriva en una “sinergia de empobrecimiento”.
Para el investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (Iieses) de la Universidad Veracruzana (UV), la problemática es más profunda.
“Hay un evidente empobrecimiento y desigualdad social en la entidad, lo que da pie a que comiencen a germinar una serie de actividades, entre ellas las ilícitas”.
“De tal manera que los pobres que no encuentran trabajo o los que encuentran, son de remuneración muy baja, los malosos se los jalan y se va creando una sinergia inapropiada”.
Dijo que quien no migra hacia otros estados y países, en busca de trabajo e ingreso o se queda en la entidad, sobreviviendo en medio de la crisis, se dedica a actividades delictivas.
Falta de garantías
El economista alertó de este círculo perverso, pues en materia económica, la falta de seguridad y de legalidad —así como de servicios básicos—, desalienta las inversiones.
Rafael Arias dijo que al igual que en resto del país, en Veracruz las políticas económicas “no están respondiendo a las expectativas” de creación de empleo y desarrollo económico y “hay mucha frustración”, por lo que “la pobreza sigue creciendo”.
Lamentablemente, señaló, “la política mexicana está llena de mediocres y perversos. Los mediocres son improvisados, ineptos, ineficientes, pero los perversos son peores, crean pobreza y luego lucran con ella para su beneficio político por medio de programas que se vuelven su modus operandi para captar votos y mantener la partidocracia”.
Anualmente, dijo que 11 millones de migrantes que radican en Estados Unidos envían a México 22 mil millones de dólares a sus familias, lo que revela la magnitud de la ayuda que viene desde el exterior para paliar, entre los mismos pobres, sus necesidades, ante la falta de desarrollo económico nacional.
“Lo más dramático es que a la pobreza del hambre ahora se suma el problema de la inseguridad que no sólo afecta a los que tienen empleo, sino a los que tienen negocios. Es una sinergia de mediocridad y perversidad”, expuso.