Jorge Morales/
Xalapa.-
“Con la mísera pensión que tenemos, el que nos quiten 12 por ciento es mucho”, dice Armando Aguilar, un maestro jubilado de la tercera edad preocupado por los efectos de la nueva ley del Instituto de Pensiones del Estado (IPE), quien en días pasados presentó su amparo contra la misma.
De acuerdo con el hombre de avanzada edad, la nueva ley genera temores ante la precariedad con la que enfrentan sus últimos años miles de jubilados y pensionados en Veracruz.
En el caso de los maestros, se considera un privilegiado al cobrar una pensión de 7 mil pesos, si se toma en cuenta que “hay compañeros que están ganando 4 mil pesitos al mes”.
“Imagínese si les quitan 12 por ciento o a los que ganan 5 mil pesos, cómo van a vivir, qué van a comer”.
“Si no ha bajado ni la luz a pesar de lo que dicen. Hay maestras viejas que tienen un salario raquítico”.
Teodoro Candanedo, otro maestro jubilado, destaca que en su caso percibe una pensión de 9 mil pesos, desde hace diez años. Con ésta se mantiene él y su esposa, apoya a su hijo enfermo de un accidente y a sus nietos.
Pero si no fuera por un “terrenito” en donde cultiva plátanos, dice, no terminaría el mes.
“De ahí me ayudó porque a veces faltan diez días para que termine el mes y ya no tengo pensión y hay quienes reciben apenas 5 mil pesos...” Candanedo luce cansado y ahora angustiado por su futuro y de los que vengan.
“Ya lo estoy viviendo: no tenemos incremento, cada día la inflación sube y sube y el salario no alcanza”.
Para Manuel Reyna Muñoz, investigador de la Universidad Veracruzana, en proceso de jubilación, simplemente “no es correcto” que la nueva ley del IPE ahonde la vulnerabilidad económica de quienes trabajaron 30 años en promedio en alguna entidad.
“No es posible que los problemas lo paguen quienes menos tienen, la deuda pública, los diversos pasivos. Lo mismo está pasando con la nueva ley del IPE”, apuntó.
