DUBLÍN, 29 de octubre.- El Tribunal de Apelaciones de Dublín rechazó hoy un recurso presentado por la ex secretaria del bajista del grupo irlandés U2, Adam Clayton, condenada en 2012 a siete años de cárcel por robar casi tres millones de euros (3,8 millones de dólares) de las cuentas bancarias del músico.
Carol Hawkins, de 51 años, fue declarada culpable entonces de 181 cargos presentados contra ella por la defensa de Clayton, relacionados con la sustracción de 2,8 millones de euros entre 2004 y 2008.
Tras rechazar hoy la anulación de aquella sentencia, el Tribunal de Apelaciones informó de que dará a conocer en los próximos días si acepta, por otra parte, rebajar la pena de cárcel, tal y como han pedido los abogados de la ex secretaria.
ROBÓ LO QUE LE 'PERTENECÍA'
En 2012, el juez instructor de la Corte de lo Penal del Distrito de Dublín,Patrick McCartan, explicó que la severidad de la pena impuesta respondió al hecho de que la acusada, a pesar de las pruebas, mantuvo en todo momento durante el juicio su inocencia, con lo que dejaba entrever, dijo, que el dinero que robó "la pertenecía".
El magistrado también dudó de que Hawkins estuviese totalmente arrepentida y sugirió que si volviera a verse en una situación parecida podría volver a delinquir.
Durante aquel proceso se supo que Hawkins se ganó la "total confianza" de Clayton, hasta el punto de figurar como firmante en dos de sus cuentas, lo que aprovechó para expedir durante cuatro años 181 cheques bancarios y desviar importantes cantidades de dinero a sus propias cuentas.
La alarma saltó en 2008, cuando se vio obligada a confesar al músico que había reservado a través de una de esas cuentas conjuntas viajes a Nueva York y Londres para visitar a sus dos hijos por un valor de 15 mil euros.
SE DIO VIDA DE REINA
Investigaciones posteriores revelaron que Hawkins llegó a comprar con el dinero de la estrella de rock 22 caballos de carreras, lujosas vacaciones, ropa y calzado de diseño y hasta un Volkswagen Golf para uno de sus hijos, a los que también pagó cursos de moda y cinematografía a su costa.
La condenada comenzó a trabajar en 1992 como empleada del hogar en una de las mansiones dublinesas de Clayton, quien la convirtió después en su secretaria personal, mientras que su entonces marido desempeñaba tareas de chófer y cocinero.
La pareja recibía un salario conjunto de casi 50 mil euros anuales y vivía gratis en casa del músico, pero tras su separación en 2007 Clayton mantuvo la paga completa para Hawkins.