31 de Enero de 2025
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Soledad lleva 40 años dedicada a vestir al Niño Dios en Veracruz puerto

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JOSÉ JUAN GARCÍA/AVC NOTICIAS

VERACRUZ

Soledad Jiménez Contreras se instala cada año afuera de la parroquia del Cristo del Buen Viaje de la ciudad de Veracruz en la semana previa al día de La Candelaria con la finalidad de vestir a los Niño Dios que le lleva su clientela.

Jiménez Contreras, quien es originaria de la Ciudad de México, resaltó que tiene 40 años dedicándose a vestir al Niño Dios, ya que inició esa tradición cuando apenas contaba con 10 años de edad.

“Ya es como una tradición, año con año venimos y dar el gusto a uno mismo también por lo de los Niño Dios, que ya es una tradición, no me gustaría perderla, es algo religioso y algo muy bonito; ya tengo muchos años viniendo aquí, es una tradición de papá y mamá, aparte de que me llaman, desde los 10 años, o sea, 40 años vistiéndolos y dedicándome a ellos”, añadió.

Doña Soledad cuenta con ropones bordados del Divino Rostro, de Cristo Redentor, de la Sagrada Familia, trajecitos guadalupanos y de palomas.

La comerciante recomendó que los Niños Dios no llevan tantos accesorios.

“Normalmente es al agrado de la gente, pero ahorita en la actualidad yo digo que se deben de vestir de blanco o blanco con rojo o azul, que lleven blanco y no tantos accesorios, nada más su vestimenta, es lo principal, porque deben de ir muy humildes, Dios es humilde y eso a uno no se le debe de olvidar”, expresó.

Soledad Jiménez Contreras dijo que permanecerá afuera de la parroquia del Cristo del Buen Viaje hasta el 2 de febrero, por si hay familias interesadas en vestir al Niño Dios.

Jiménez Contreras mencionó que la vestimenta para los Niño Dios oscila entre 100 y 200 pesos, precios que consideró que resultan accesibles al bolsillo de las familias.

“Traigo precios muy económicos porque ahorita en la actualidad está muy dura la situación, entonces es por eso que traigo precio accesible, para que los niños no se vayan sin vestir, aquí ya no hay pretexto de que ya no tengo dinero, aquí hay que vestirlos porque Dios nos da más y nuestra fe mueve montañas”, concluyó.