REDACCIÓN
NARANJOS
Debido a que el municipio nunca padeció problemas de escasez de agua en décadas anteriores a 1980, los cuales se agudizaron a partir de 1990, la población no tomó en cuenta la construcción de pozos artesianos para disponer del vital líquido durante los meses más críticos.
Hoy quienes sí tomaron esa precaución venden del preciado elemento y los que no cuentan con un pozo tienen que comprarla a los distribuidores precios que oscilan entre los 200 y los 300 pesos por cada mil 100 litros, costo que puede aumentar si las condiciones con más difíciles, por ejemplo, llenar un tinaco en lo alto de una segunda planta.
Donde sí existe gran número de pozos es en la Zona Centro, sin embargo, todos fueron taponados o clausurados debido a que el agua comenzó a salir aceitosa, incluso sobre la banqueta de la calle Lázaro Cárdenas sobresale la mitad de un brocal que algunas personas utilizan para descansar.
En las décadas de los 60 y 70 cuando el río Tancochin dotaba de suficiente agua a la población, fueron de fama los pozos de Don Onésimo Camacho, Don Nacho Velázquez, Don Marcos Torres, Doña Chencha Osorio y otros más, que hoy sólo quedan en el recuerdo de quienes vivieron aquella época.