EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO
Si no le has dado mantenimiento a tu azotea y anteriormente ya tuviste problemas de filtraciones o de humedad, estás en el límite de tiempo para hacerlo. Ya llegó la primavera y, en breve, también lo harán las lluvias, así es que pon manos a la obra y ponte a impermeabilizar.
El momento ideal para proteger nuestras azoteas es previo a la temporada a las lluvias, sobre todo porque el clima ayudará a que el impermeabilizante seque de manera acelerada.
José Guadalupe Gómez, profesional de mantenimiento a residencias, escuelas y oficinas, explica que, sin importar qué tipo de material se elija para la impermeabilización, es muy importante hacerlo antes de que comiencen a caer los primeros chubascos pues, de lo contrario, se va a deslavar el producto y habrá que hacerlo nuevamente, por lo que también habrá un gasto mayor.
"Cualquier construcción debe recibir el mantenimiento adecuado. Hay que tener en cuenta que si no impermeabilizamos las azoteas cada cierto periodo, las lluvias pueden causar problemas en la estructura. Pero eso no es todo, la humedad también puede traer afecciones a la salud, como problemas respiratorios y alergias", dice el experto.
José Guadalupe comenta que en muchos casos el problema comienza con una gotera, la cual es ignorada, pero que, de no atenderse, comienza a ocasionar un daño mayor a la estructura, lo que redunda en la economía, pues las reparaciones no son de bajo costo.
EL MEJOR MOMENTO
El profesional recomienda no impermeabilizar en días nublados o de poco sol, o si se vive en una zona donde el clima es impredecible. Para estos casos, se puede optar por un impermeabilizante especial como la pasta asfáltica que resiste el contacto con el agua inmediatamente después de haberlo aplicado.
Por otra parte, el boletín agrario destaca que, aunque existen varios tipos de impermeabilizantes, el que tiene más demanda en el mercado es el impermeabilizante acrílico, por su perdurabilidad y por ser completamente atóxico y puede ser usado en cualquier ambiente. Así como hay impermeabilizantes para azoteas, los hay también para jardineras, cimentaciones y muros. Los que están hechos con base de poliuretano son recomendados para edificaciones y obras civiles, con la ventaja de que reduce los costos para mantenimiento y reparaciones, además se puede añadir una tela o malla protectora que incrementa su resistencia a los choques térmicos y a los rayos UV.
LOS MEJORES IMPERMEABILIZANTES SEGÚN PROFECO
De acuerdo con la Revista del Consumidor, "la elección del impermeabilizante ideal se debe sustentar en las características de la losa a cubrir y en las condiciones ambientales a las que está expuesta, además de si se someterá al paso de personas".
Añade que la impermeabilización inició con el uso de materiales naturales con los que se contaba en el entorno de la construcción, como alumbre, aceites y grasa animal, pero estos sistemas cambiaron y dieron paso a productos derivados del petróleo como el chapopote, que ha evolucionado tecnológicamente con la adición de aditivos, fibras y cargas, para dar lugar a los impermeabilizantes asfálticos a base de agua o de solvente.
También se desarrollaron resinas acrílicas, con mayor durabilidad y desempeño en sus características físicas.
Entre las marcas con mayor calidad, de acuerdo con la evaluación de Profeco, están Comex (Top), Fester (A), Imperquimia (Elaston), Fester (Acriton), que son impermeabilizantes elastoméricos categoría 5 A.
CUANDO EL HOGAR NECESITA CRECER
Es común encontrarnos ante la situación de que el lugar donde vivimos empieza a quedarnos pequeño, ya sea porque la familia ha crecido, porque no nos sentimos cómodos en el espacio o, incluso, por necesidades de trabajo (hoy en día, montar una oficina en casa se ha vuelto indispensable para muchas personas).
Cambiar de residencia no es una opción viable para la gran mayoría, dado el aumento del precio del metro cuadrado, así como de los alquileres. Si bien ampliar la vivienda donde estamos se convierte en la alternativa más conveniente, hay que considerar diferentes aspectos antes de hacerlo.
"En primer lugar, el cliente debe tener muy claro qué es lo que quiere llevar a cabo. Una remodelación engloba una actualización, es decir, modificar acabados, materiales, pintura o poner al día el espacio; mientras que una reestructuración consiste en adaptar un cuarto o instalar un baño en planta baja.
"Cuando se habla de una ampliación, implica hacer una construcción nueva debido a que los metros cuadrados ya no son suficientes", menciona Luis Hidalgo, director de proyectos del despacho Cibrian Arquitectos. Esta opción requiere tanto de permisos legales como de la participación de profesionales calificados.
ANTES DE DAR CUALQUIER PASO
Una vez definido el espacio que se busca agrandar (entre las áreas más comunes se encuentran las recámaras, vestidores, baños, terrazas y cocinas), hay que contar con un proyecto. Para ello, se requiere la ayuda de un arquitecto, quien posee el criterio para determinar si la remodelación es viable o no.
"Si el usuario desea una ampliación o reestructuración, debemos preguntar si tiene planos. En caso de que no, hacemos calas estructurales o pruebas en las instalaciones para saber por dónde se meterá el esqueleto de la nueva área, es decir, la tubería o instalación eléctrica. "También debemos analizar el aspecto estructural. Por ejemplo, si hay que reforzar la planta de abajo, tirar un muro o si está involucrado un elemento de carga. Por lo general, los ayuntamientos exigen un plano arquitectónico para conocer la distribución de áreas y cómo va a quedar la casa", explica el director de proyectos. Es necesario tramitar los permisos correspondientes para llevar a cabo las ampliaciones. Según el portal de trámites del Gobierno de México, se requiere una licencia para aquellas obras de construcción menores a los sesenta metros cuadrados cuando el proyecto no incluya claros con apoyos a más de cuatro metros de distancia entre sí.
Se habla, en este sentido, de bardas pequeñas, arreglos de fachadas, realización de obras exteriores (como banquetas o jardineras), remodelaciones, ampliaciones o de alguna construcción completamente nueva que se realice de manera exclusiva en planta baja.
Cuando el proyecto tenga claros mayores a la distancia señalada (ya sea para usos distintos al habitacional, cuente con dos o más niveles, o vaya a realizarse en una segunda o tercera planta), se exige el trámite de construcciones mayores aunque la superficie a edificar sea menor a 60 metros cuadrados.
Según el tamaño o la complejidad del proyecto, además de un arquitecto, podría necesitarse la colaboración de otros profesionales, como un ingeniero estructural o un director responsable de obra, cuyo conocimiento es más especializado cuando se trata de una ampliación significativa.
LO BUENO Y LO NO TAN BUENO
Entre las ventajas de agrandar el lugar donde vivimos se encuentran volverlo más cómodo y funcional para todos los habitantes, a través de una nueva distribución del espacio.
"A raíz de la pandemia, los usuarios comenzaron a demandar áreas multiusos, que pudieran servir como oficina, gimnasio o zona de estudio para los pequeños.
"También se empezó a buscar un mayor contacto con el exterior mediante jardines o terrazas. Incluso, hay quienes requieren una recámara en la planta de abajo para cuando llegue la etapa de la vejez", señala Luis Hidalgo.
Algunas de estas ampliaciones permiten, además, brindarle mayor iluminación natural al inmueble.
Es válido, asimismo, remodelar una casa por una cuestión de plusvalía. Agrandar o revitalizar los espacios ayuda a incrementar el valor de las propiedades en el mercado. Si el terreno lo permite, se puede realizar una construcción independiente para alquilar y obtener así ingresos extras.
Por el contrario, las ampliaciones exigen realizar trámites administrativos antes de cualquier cambio (por más pequeño que sea), así como estudios detallados de la casa. En caso de ser copropietario de la vivienda, debe obtenerse la autorización de los otros dueños para iniciar con las modificaciones.
A esto hay que sumar un presupuesto, el cual es clave para determinar si los cambios proceden o no. También deben contemplarse los honorarios del arquitecto, ingeniero, director responsable de obra o cualquier otro profesional involucrado en el proyecto.
Muchas personas no le dan importancia a los trabajos que se realizan ni el tiempo que van a tomar, y es que éstos pueden demorarse y ocasionar demasiado ruido en la propiedad, lo cual se vuelve molesto si los habitantes permanecen ahí mientras se realizan las modificaciones.
Si bien ampliar una vivienda implica un costo mucho menor que adquirir una propiedad nueva, no es un trabajo sencillo que pueda llevarse a cabo de la noche a la mañana. Hay que contar con un proyecto, un profesional calificado y una licencia para poder transformar los espacios del hogar, esto sin contar el material necesario para llevarlo a cabo.