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ORIZABA
Llevó una década de lucha, diez años de esperanza, la vida es diferente desde entonces, aún recuerdo los primeros instantes de este peregrinar. Los minutos se hicieron horas, días y años, pero aún sigo buscandote Rubí, a pesar de que pareciera como si la tierra te hubiera tragado aquel 7 de septiembre del 2012, expresó la presidenta del colectivo Araceli Salcedo Jiménez a diez años de la desaparición de su hija Fernanda Rubí.
En punto de las 18:00 horas inició la ceremonia de paz presidida por el padre Julián Andrés Verónica Fernández, para recordar diez años de la no localización de Fernanda Rubí, mismo que dio lectura al evangelio de San Mateo capítulo 5, para pedir por su pronta localización.
El sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de los Dolores en Paraje Nuevo, de Amatlán, entregó la luz de fe y la esperanza a la madre de Fernanda Rubí para que encuentren en camino de la verdad.
En su intervención, Araceli Salcedo Jiménez, madre de la desaparecida y presidenta del Colectivo de Familias de Desaparecidos en la Zona Córdoba-Orizaba, dijo que la vida es diferente desde hace 10 años, pues el dolor en la familia sigue y aún recuerda los primeros instantes de este peregrinar.
"Los minutos se hicieron horas, contábamos más y más días sin ti y esos días se convirtieron en años. Es como si la tierra te hubiera tragado aquel 7 de septiembre del 2012. Desde el primer día este infierno me empezó a quemar. La incertidumbre arde y después del ardor queda el dolor que va matando poco a poco. Desde ese primer día me pregunto, dónde estás mi niña, Dónde Estás Rubí“.
Puntualizó que desde aquel 7 de septiembre en cada lágrima va una pregunta y cada latido de su corazón es un paso que da en esta búsqueda. Siendo su motivo principal, su hija Rubí.
Señaló que decenas de personas con un familiar desaparecido, hoy han creado una familia, quienes comparten el mismo dolor, angustia, y horas de incertidumbre, pero todos luchan siempre con esperanza.
Admitió que ha sido fuerte de día, pero débil por las noches al ver su recámara vacía., "La ausencia de tu voz es un golpe constante que no deja marca física, pero si una herida mi alma. Pero sigo siempre de pie, por ti y hasta encontrarte. Rubí, las lágrimas son demasiadas, pero a la vez insuficientes".
Salcedo Jiménez dijo que con el paso de los años, la espera se convirtió en búsqueda, y en una familia que hoy se puede llamar: Colectivo Familia de Desaparecidos Orizaba-Córdoba, mientras que el dolor sigue, ese no se borra, pero es ese dolor es el que la empuja, el que da valor y el que mantiene la esperanza de tenerla de vuelta en casa.
Por último, las integrantes del Colectivo perdieron una luz de la esperanza y llegaron a cabo el pase de lista de todos y cada uno de los desaparecidos.