27 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

DESDE A JANELA/  LA FUERZA DE LA NATURALEZA

 

FELIPE DE JESÚS FERNÁNDEZ BASILIO

 

Ahora que en lo que llevamos de septiembre hemos visto combinados tres huracanes y un terremoto; en lugar de escribir sobre las cuantiosas vidas que han cobrado estos fenómenos o de la solidaridad que siempre aparece en estos aciagos momentos o incluso del oportunismo político que por desgracia también viene aparejado, de los cuales ya se ha escrito bastante y por lo mismo no es necesario abundar en ello.

Esta vez vamos a hablar de algo en lo que casi nunca pensamos, ya que damos por hecho un “supuesto dominio” que sobre ella creemos tener debido a que generalmente nos permite modificar a satisfacción nuestro entorno, y que cuando lo hacemos es porque ella se manifiesta con una fuerza mayor a la nuestra y nos recuerda cual es nuestro lugar y ése es como parte de ella y nunca por encima, como muchas veces lo creemos y a quien nos hemos referido en este párrafo como “ella”, es la naturaleza.

En efecto el orden natural en su verdadera acepción, es decir más allá de las corrientes de pensamiento humano que han pretendido y todavía pretenden apropiarse de su nombre para imponer su forma de pensar a los demás, es superior al orden humano y lo es por la simple razón de que los humanos somos una parte de la naturaleza de la cual dependemos para sobrevivir y realizarnos, ya que ésta nos provee de lo necesario para vivir, mas como ente superior que es se las puede arreglar sin nosotros y de hecho lo hizo durante millones de años en los que el hombre no existía y seguramente nos va a trascender.

Sin embargo y una vez sentado lo anterior examinaremos cual es el papel que nos toca jugar dentro de la naturaleza, ya que somos seres que a través de la observación y la experiencia podemos comprender muchos de los fenómenos de la misma e incluso podemos aprovecharla para mejorar nuestra vida.

Y ésto ha ocurrido, ya que a diferencia de los animales o las plantas quienes siempre han vivido de la misma manera o al menos su evolución es mucho más lenta que la nuestra, nosotros hemos tenido la oportunidad de mejorar nuestras condiciones de vida, ya que ahora vivimos mucho mejor que quienes vivieron en el siglo XIX y éstos a su vez vivieron mejor que quienes lo hicieron en el XVI y así sucesivamente ha sucedido respecto de quienes vivieron antes y seguramente quienes vivan algunos siglos después, vivirán mucho mejor de lo que lo hacemos nosotros.

Mas esta capacidad también tiene una contraprestación, la cual consiste en la obligación que tenemos no solo de conservar, sino también de mejorar nuestro entorno; cosa que generalmente nunca hacemos, ya que al sentirnos superiores buscamos llevar al límite las características del entorno que nos rodea, con lo cual nos volvemos en copartícipes de muchas de las tragedias naturales de las que hemos sido víctimas.

Lo cual hacemos debido a que construimos sobre terrenos que le pertenecen al mar, al igual que en dunas o pantanos, desforestamos de manera inmoderada, nos asentamos en las crecidas de los ríos o en las faldas de los volcanes; a pesar de que sabemos los riesgos que ello conlleva y ya sea por razones económicas o migratorias, deliberadamente los ignoramos, a pesar de que la naturaleza siempre reclama lo que es suyo y lo hace sin anuncio previo ni mucho menos, valga la ironía, iniciar proceso.

Y para colmo de males contribuimos al deterioro de nuestro medio natural al sobreexplotar los recursos naturales, construir industrias contaminantes en exceso y también al desarrollar sin escrúpulos grandes urbes, incluso superando las condiciones naturales dadas para su sustento.

En suma, la naturaleza es superior a nosotros y algunas veces nos va a causar grandes pesares, pero por lo general nos va a permitir desarrollarnos y vivir cada vez mejor; pero nosotros también tenemos que contribuir a que ésto suceda y lo haremos llevando a cabo nuestro desarrollo de una forma sustentable, es decir que se valga de los medios naturales que le rodean sin destruirlos.

Ya que hay desastres naturales que son inevitables, pero también hay muchos que provocamos o que al menos podemos evitar siendo más cuidadosos con el ambiente natural que nos rodea.

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