Jorge Díaz Bartolomé
Tlaxcallan, Arquitectura y Tradiciones
(Un acercamiento con la historia)
Las costumbres y tradiciones son las manifestaciones que una sociedad defiende día a día, sintiéndose orgullosos de ellas, transmitiéndolas a nuevas generaciones para que sean aprendidas y de esta manera pasen a formar parte de la identidad de un pueblo, hablemos de la música, gastronomía y danzas.
El domingo 2 de octubre el grupo Xalapa Antiguo realizó un recorrido por el estado de Tlaxcala, con el propósito de conocer una parte del patrimonio intangible que tiene nuestro México; como cada viaje, nos reunimos frente al Parque Juárez para abordar los autobuses que nos llevarían al municipio de Yauhquemehcan. La llegada fue a las 9:30, las autoridades municipales nos recibieron cálidamente con un suculento desayuno en la Casa de Piedra: tamales, empanadas dulces y saladas, barbacoa roja y verde de pollo y cerdo, tortitas de haba con camarón, arroz, frijoles bayos en caldo, café, atole y pan dulce.
El Alcalde Felipe Morales Morales dirigió un emotivo mensaje a los xalapeños –hoy convertidos en embajadores–, mencionando principalmente la importancia para ellos de que sean conocidas sus tradiciones, así como la gastronomía del lugar. Deseosos de que Xalapa y Yauhquemehcan formen parte de un hermanamiento que sirva para intercambiar conocimientos sobre las tradiciones de ambas localidades; todo esto en el marco de un ambiente de hospitalidad, engalanado por los tradicionales "huehues".
A terminar el desayuno, el grupo se dirigió a la Plaza Cívica donde ya los esperaba un numeroso contingente de huehues que darían inicio a la danza tradicional que fue especialmente preparada para Xalapa Antiguo. El cronista de la ciudad, Anastacio Flores, explicó que las camadas de los huehues forman parte de una de las festividades de mayor arraigo en el municipio de Yauhquemehcan, con orígenes en el siglo XVII, consecuencia del encuentro de dos culturas –española e indígena–; los naturales observaban los grandes bailes de gala que organizaba la sociedad española y con sentido del humor comenzaron a imitar esos hábitos y con el paso del tiempo se transformó en una fiesta satírica que criticaba a los peninsulares. Concluida aquella actividad, se trasladaron a la Parroquia de San Dionisio, construida en el siglo XVII con la advocación al primer obispo de París; la fachada en cantera gris fue el escenario para tomar la fotografía del recuerdo junto con algunos huehues.
Con un incesante sol proseguimos nuestra ruta hacia el pueblo de San Bernardino Contla, un lugar donde tiene su origen el llamado sarape de saltillo, donde existen los poquísimos telares artesanales en el país, próximos a extinguirse debido a la industrialización de la maquila de aquel producto. Actualmente es más conocido el sarape de Saltillo, Coahuila, que inició en aquel estado del norte por la migración de cuatrocientas familias tlaxcaltecas que fueron llevadas a aquellas latitudes por los franciscanos como parte del movimiento evangelizador.
Tuvieron la posibilidad de conocer un taller artesanal para su fabricación.
La visita en Contla continuó con una explicación en el atrio de la Parroquia de San Bernardino en la voz de nuestro guía Eduardo Cuautle, para inmediatamente después ingresar a la misma una vez terminada la misa y admirar los cuatro arcángeles: Miguel, Rafael, Gabriel y el Ángel de la Guarda elaborados en alto relieve con argamasa y que se encuentran curiosamente colocados en la cúpula principal. Pero lo que realmente causó asombro fue el baptisterio elaborado principalmente con motivos indígenas producto del sincretismo y que hasta el día de ayer continúa bautizando a los niños de la región.
Algunos viajeros todavía se dieron tiempo de disfrutar la antojería que se expendía en el parque, otros conocieron un taller artesanal para la fabricación de sarape y otros más compraron algunos coloridos ejemplares, incluyendo de lana. Ya pasadas dos horas del medio día nos dirigimos a la capital tlaxcalteca, arribaron frente a la plaza Xicoténcatl, lugar donde los domingos los artesanos venden sus productos, y nos dirigimos hacia la capilla abierta del exconvento que tuvo como advocación San Francisco –a un costado de la Plaza de Toros– donde ya nos esperaba la doctora Lucina Toulet Abasolo para exponer una charla sobre la historia de la evangelización franciscana en el Estado de Tlaxcala. Aquel complejo conventual se encuentra en el antiguo Camino Real y es el más antiguo de la Nueva España, después del desaparecido de la CDMX y Texcoco; es único por ser diferente a los demás y por poseer una torre separada a la nave principal, comunicada por un pasadizo secreto. En su interior aún existe el púlpito más antiguo y en el cual se leyó el primer evangelio; el templo es la Catedral de Nuestra Señora desde 1954.
Los excursionistas tuvieron tiempo de disfrutar la gastronomía regional en los portales del Centro Histórico y lugares cercanos, disfrutar la arquitectura bien conservada que les ofrece Tlaxcala, como la imponente Capilla Real de Indios. Nuevamente se citaron frente a Palacio de Gobierno para continuar con una charla, explicando los interesantes murales de Desiderio Hernández Xochitiotzin que narran la historia tlaxcalteca.
A las 17:30 horas se trasladaron a los autobuses para dirigirse al punto final: El Santuario de Ocotlán, uno de los mayores logros del barroco en el Estado de Tlaxcala y entramos en reducidos grupos al camarín, único en su tipo y orgullo de las artes visuales en el país; la majestuosidad de su interior rebasa el sentido de entendimiento por la complejidad de su elaboración, que se encuentra relativamente oculto, quedando los asistentes sencillamente maravillados.
Un viaje diferente que rebasó por mucho el sentimiento y la emoción, principalmente por la hospitalidad de la gente que mostró la bondad que todavía existe en nuestro México, pero sobre todo su interés en que sus tradiciones sean conocidas en otras partes del Planeta.
Agradezco a todos los participantes en este memorable recorrido por su confianza y respeto que mostraron en cada lugar que visitamos, a nuestras guías Gabriela Archer y Tania y a mi compañera de viaje, Lelia Rodríguez.
¡Nos vemos en la próxima!
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