25 de Noviembre de 2024
Director Editorial Lic. Rafael Melendez | Director General - Dr. Rubén Pabello Rojas

POLIANTEA UV, días de lucha 

Rubén Pabello Rojas

La Universidad Veracruzana, en medio de una crisis provocada externamente por factores relacionados con falta de cumplimiento al pago puntual del subsidio a cargo del gobierno del Estado, sufre en estos días uno de sus más malos momentos, si no el peor, desde que en 1944 fue fundada.

Ha correspondido a la primera mujer rectora Sara Ladrón de Guevara, lidiar con el grave problema. Nunca antes la Casa de Estudios había discurrido por tan infaustos caminos que, hoy por falta de recursos, la han obligado a tomar  medidas trascendentales, en otras épocas impensables, para poder allegarse los fondos que permitan su sano desempeño académico y  demás atribuciones.

Hubo necesidad de llegar a las demandas de orden penal y a irritadas manifestaciones de protesta  en la vía pública para exigir el cumplimiento de obligaciones, que por causas ajenas a la institución no han sido cubiertas.

El problema se suma con características peculiares a otros muchos que se agregan día a día, por la falta de pago a compromisos múltiples de diversa índole que el gobierno del estado ha dejado de atender. Pensionados, constructores, tecnológicos, profesores, seguro del magisterio, deuda a empresas particulares, hasta conjuntos musicales, cotidianamente se suman a una cauda creciente de acreedores que aumenta consistentemente, sin una solución satisfactoria.

Esto provoca gran inquietud, nerviosismo de la sociedad civil veracruzana que ve enrarecerse su capacidad de gasto y consumo al deteriorarse su ingreso o no recibirlo oportunamente. La gente deja de comprar o limita al mínimo de subsistencia su gasto y la economía se va secando.

En pleno proceso electoral la situación no puede ser más lamentable. Se imputa al PRI, a sus gobiernos, ser la causa del inaceptable resultado de una no mala, pésima administración donde se perdieron los controles y los dineros públicos.

Hay deudas multimillonarias, la Auditoria Superior de la Federación exhibe inconsistencias no solventadas y el coro en aumento de demandantes de pago es interminable. ¿Qué pasó? ¿Dónde esta la obra material?, pero sobre todo ¿Dónde quedó el dinero? ¿Dónde está la reserva técnica del IPE?

Y la gran pregunta ¿Quién es el responsable? Dice Francisco Licona, en su Política al Día, que no es una sola persona, que hay muchos; todos los que en algún momento tuvieron a su cargo el manejo de las finanzas públicas  que mal administraron,  que no informaron con lealtad a su jefe, el gobernador, quien les dio toda la confianza  defraudándola  y hoy él recibe todos los señalamientos, imputaciones y recriminaciones.

Es verdad el jefe político es el responsable institucional, el gobernador, no hay la menor duda; pero hay una responsabilidad delegada y compartida. Por eso todos los servidores públicos al aceptar y ejercer un cargo protestan hacerlo como obliga la Constitución del país. Hay una responsabilidad subsidiaria ineludible. La conclusión es imperativa: nadie, nadie, del tamaño que sea, debe quedar impune.

Hoy  los universitarios veracruzanos, tan orgullosos de serlo, forman, sin querer, parte de un paisaje nacional de vergüenza; se escarnece al estado y es puesto como ejemplo de mala administración pública. Para mayor afrenta tienen que protagonizar escenarios  masivos de airada inconformidad,  donde brota espontanea la decantada esencia académica de la  clase universitaria ejecutando, a capela, en la Plaza Lerdo como protesta, un pasaje de una opera de Verdi, y por otro lado el triste espectáculo de romper una piñata que representa a un gobernador de ese modo  escarnecido y reprobado públicamente.

Por si fuera poco, que no es, las condiciones de inseguridad, de muerte violenta de periodistas y muchos desaparecidos, entre otros los de Tierra Blanca, cuyo misterio sigue sin aclararse, aumentan un cuadro deplorable al final del actual sexenio.

El pre candidato del PRI, partido en el poder, político con buena imagen y trayectoria, lleva una carga de alta negatividad pues, aun cuando en todos los tonos se ha desligado del gobierno, los candidatos de la oposición toman como bandera en su contra el ser parte del mismo criticado sistema.

Días negros para Veracruz que recuerda con añoranza a distinguidos hombres de estado que cuando ejercieron el poder dejaron claro ejemplo de bien gobernar, de limpieza en el manejo de los caudales públicos y heredaron saneadas las arcas y una entidad en marcha; por supuesto con los problemas de su tiempo, pero nunca con el baldón de la corrupción como sistema y el delito sin castigo, como flor de impunidad.

Gobernadores como Adolfo Ruiz Cortines, Jorge Cerdán, Ángel Carbajal Bernal, Marco Antonio Muñoz, Antonio M. Quirasco, Fernando López Arias, Rafael Murillo Vidal, Rafael Hernández Ochoa y Fernando Gutiérrez Barrios, merecen el Bien del Estado y ser justamente recordados por su aportación a la grandeza de aquel Veracruz.

De aquel Veracruz,  histórico pueblo  luchador por las más preciadas causas sociales, patriota, primer lugar en todo, orgullo nacional, hoy tan lastimado y disminuido; pueblo inconforme  con su deplorable destino que tiene que salir a las calles para exigir sus derechos.

 

¿En que encrucijada se encuentra hoy esa sociedad supuestamente más informada, critica y plural en que se sustentaría la tan anhelada Democracia?