25 de Noviembre de 2024
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Línea política Agustín Contreras Stein  

DIPUTADO ILUSO

 

JESÚS VÁZQUEZ González, legislador local y quien fuera uno de los autores principales de la famosa reforma para concretar la gratuidad de los estacionamientos en plazas comerciales como en otros centros de servicio a clientes, parece hacerse ilusiones solamente de que la ley, tal y como ya se legisló y aprobó, se cumpla al pie de la letra, pues no se ha dado cuenta, personalmente, que en los estacionamientos mencionados todavía se sigue cobrando la tarifa establecida por los propios empresarios, bajo el argumento de que en sus terrenos se hace lo que ellos dicen y nada más.

El legislador, con todas sus buenas intenciones, que seguramente los empresarios no lo han de poder ver ni en pintura, afirma que se han presentado siete amparos ante la justicia federal, con la finalidad de echar abajo esta disposición que les prohíbe el cobro del estacionamiento, pero que ninguno de estos recursos que han intentado ha procedido en su favor, por lo que la justicia federal, ha determinado que en ningún momento esta ley afecta las actividades comerciales.

Está claro que existe un derecho de los consumidores para estacionarse en los espacios de los centros comerciales, siempre y cuando hagan alguna compra que justifique el tiempo que permanezcan estacionados con sus respectivos vehículos.

Sólo que los diputados, y de manera especial, quien impulsó esta ley, con la cual indudablemente echa por tierra uno de los grandes y más productivos negocios en los centros comerciales, pues se afirma que los ingresos por el cobro de cuotas en los estacionamientos supera en gran parte los propios ingresos que los empresarios tienen con la renta de los espacios o locales comerciales.

A la fecha, los grandes ingresos por estos conceptos habían generado tanto dinero que los mismos empresarios comenzaron por remodelar estos espacios y crear muchos más, pues vieron en este negocio una mina de oro que ahora se les acaba, como todo lo que sucede en esta vida.

Pero en fin, los empresarios se resisten a dejar de cobrar aun cuando, ilusionado, el legislador Vázquez González afirme que deben dejar de cobrar, aun cuando los amparos se encuentren todavía en alguna fase del procedimiento, pues los empresarios no lograron ni siquiera la suspensión provisional, que les daría derecho a seguir cobrando este servicio que en realidad es una obligación directa de quienes ofrecen servicios en algún lugar.

El asunto está en que la ley no se cumple, aun cuando haya pasado por todas sus fases legales y de requisitos indispensables como es la propia publicidad de que fue objeto para su entrada en vigencia, una vez publicada en la Gaceta Oficial del Estado, con lo que se entiende que los empresarios están trabajando al margen de la ley, luego de no respetar estos mandamientos legales.

Pero a todo esto, hay que analizar quién o quiénes están permitiendo todo esto, ya que incluso, hay amenazas de por medio para muchos consumidores que exigen la gratuidad del servicio al pasar por las casetas de cobro.

Hay quienes han tenido que enfrentar a los gerentes de las plazas, en condiciones totalmente arbitrarias, pues quien no quiere pagar, con todo derecho, aquí lo hemos consignado en diversas ocasiones, han sido objeto de presiones al grado de no dejar que pase su vehículo, reteniéndolo en las casetas o bien con la presión de los propios guardias de seguridad, que por cierto, este es otro tema que se debe considerar, ya que aun no cobrando, los prestadores de servicios tienen la obligación de garantizar la seguridad de los consumidores y sus bienes como son los propios automóviles, así como las compras que realicen en estos centros comerciales.

 

El asunto tiene todavía mucha cola, porque la oposición a respetar la ley se está convirtiendo en un serio problema de carácter público, ya que se presta a favorecer que la ciudadanía, también, por diversas razones, se niegue a respetar las determinaciones jurídicas, creando un gran caos y desorden en el Estado de Derecho, que debe, simplemente, prevalecer.

 

 

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