¡Vino por su esposa!
Salvador Muñoz
Así como llegó, así se fue. Dicen que sólo tenía una razón por la cual venir a México…
Y no fue por el supuesto “destape” que se dijo, iban a realizar en Acayucan en pro de Érick Lagos; tampoco por el “desate” que hicieron en Coatza en torno a Beto Silva Ramos...
La única razón por la cual vino a México, fue su esposa.
Es el “Facetime”, la aplicación que más utiliza para estar en contacto con ella cada vez que las actividades se lo permiten. Por lo regular, entonces, aprovecha para platicar con ella mientras está en una exposición de arte o en un rato de paz en la oficina.
“Se quieren mucho”, me dicen.
Por eso, esta semana pasada, la única razón por la que Fidel Herrera Beltrán vino de Barcelona a México, fue Rosa, su esposa.
II
Catalanes, estudiantes, hasta mujeres con niños es parte de la visita común en las oficinas del Consulado en Barcelona.
Me platican que Fidel Herrera tiene a varios conocidos en el viejo continente que llegan a sus oficinas a saludarlo.
Los estudiantes de México y algunos hasta de Veracruz, igual son consuetudinarias visitas en el 55 de Paseo de la Bonanova.
“¿Qué dicen de mí?”, pregunta. Despepitan todo. “¿Y tú qué crees?”, y una respuesta que se queda en el anecdotario: “Si creyera en todo lo que dicen, no hubiera venido a saludarlo…”
Y las mujeres… ¿qué tipo de mujeres? Casos extraordinarios de damas con niños en mano a pedir asesoría, apoyo o como se dice aquí en México: “un norte”... un mexicano conoció a una catalana, la enamoró, vivieron un tórrido romance y entonces el azteca emigró de nuevo a México dejando un recuerdo para toda la vida en tierras catalanas… una cría.
También se encuentra este tipo de historias.
III
El Jet Lag parece que no le afecta… sí, esas siete horas de diferencia que por lo regular ocasionan un desequilibrio entre el reloj interno de una persona y el nuevo horario que se establece al viajar a largas distancias, pega a sus colaboradores cercanos… en él, la vida continúa como siempre… no hay horario para dar una instrucción de trabajo… sigue siendo el político de 24 horas, como reza la leyenda.
Tan así, que mientras él y Rosa se asientan en Barcelona, la tarea encomendada es ver qué se ofrece en Oaxaca, cómo están las cosas… ¡ah!, y además, recoger algunos “efectos personales” que por las premuras con que se presentó el nuevo cargo, hubo que dejarlos “encargados” en el vecino estado donde fungía como delegado por el PRI.
IV
Me enseñan un video donde el cónsul se encuentra en una exposición de luchadores. Grandes espectaculares con enmascarados son el fondo donde se ve a Fidel Herrera Beltrán saludando y concluye la grabación haciendo una clásica pose de luchador.
Les cito a mis interlocutores que en España tengo un amigo luchador que se llama “El Último Chingón”. Llegó con una mano atrás y otra adelante. Mientras se abría paso en el pancracio, la hizo de todo, hasta de vendedor de máscaras. “Ojalá un día nos visite”, me dicen.
Mientras en México, las noticias en torno al cónsul siguen siendo negativas; allá, en el viejo continente, ya se preparan para “La Jarochada”. Si bien, el catalán es un personaje especial, no deja de disfrutar del espectáculo veracruzano en cualesquier de sus presentaciones, y tan es así que igual disfrutan de los Voladores de Papantla en miniatura que entrega de regalo Fidel Herrera a sus visitantes o amigos, o hacen de una ambrosía el café de La Parroquia que los jarochos se llevaron. Una taza, para no extrañar a Veracruz; y otra taza, para convidar un poco de Veracruz a sus invitados.
Los embates contra el cónsul siguen, al igual que las visitas al 55 de Paseo de Bonanova. “¡Abre las puertas!”, ordena Herrera Beltrán; “hay que atender a la gente”, les dice.
–¿Cuál es el periodo que tiene un cónsul?– pregunto.
–Dos años…
Dos años… el tiempo que dura la minigubernatura… dos años que, conociendo a Fidel Herrera Beltrán, será el tiempo que ha de estar haciendo política, grilla y trabajando en Barcelona, porque si vino por Rosa, su esposa, es porque planea estar largo rato allá en tierras catalanas.