Salvador Muñoz
No sé si lo escribí o lo soñé, pero esta semana previa al día de la elección, platicaba con un amigo que de seguro iba a arreciar la lluvia… de lodo, de mierda, de todo contra el rival a vencer, dependiendo el distrito, la zona o el candidato.
Aunado a ello, era posible que empezaran los mensajes directos o indirectos que impregnaran el ambiente de zozobra, tensión y hasta miedo.
Incluso, para completar el cuadro, era posible que resurgiera la famosa frase en el Día D que cerrara el círculo a esto que muchos llaman el voto del miedo: “Algo va a pasar…”
El voto del miedo es lo que algunos llaman el miedo al cambio.
II
La presencia de Fidel Herrera Beltrán en Boca del Río pretende en un momento dado, posicionar o reposicionar a su candidata, Carolina Gudiño que en buen castellano puede significar “Va abajo en las preferencias”.
Sí, quizás para las esferas políticas, no sea de mucha ayuda la figura de tío fide en el distrito y hasta cuestionen: ¿qué chingaos hace aquí cuando debiera estar trabajando en Oaxaca? pero es posible que en las esferas populares la presencia de Herrera Beltrán sea festejada y bien recibida porque al final, el de Nopaltepec no deja de ser eso: un personaje popular que tiene identidad con el pueblo.
III
Los incendios en las oficinas del INE y de Sedesol. Encapuchados. Vandalismo por parte de jóvenes. Pintas y consignas. Estos elementos bien pudieran ser parte de una estrategia de grupos o partidos interesados en mantener el poder o quitar el poder. La idea es de dos: amedrentar el voto o provocar el voto en contra del sistema. A ello se len suma los avatares en torno a los candidatos como por ejemplo, el accidente automovilístico de un camión con gente que iba a una reunión con Edgar Spinoso Carrera, a quien se le hace responsable del lamentable suceso. O el caso del candidato por Córdoba, Juan Gerardo Perdomo, a quien acusan de amenazas por el tono en que le habla a una señora y por grabarla con su celular. He visto el video dos o tres veces y realmente a veces exageramos… sí, hay un tono áspero pero lo que veo es la defensa de ideas por ambos lados y en el mismo tenor, pero acá, en este caso, se trata de madrear al panista, o al priista, como en el anterior punto.
Le dicen el voto del miedo… aunque también puede ser el miedo al voto… depende de la posición en que se encuentre el partido o el candidato en las preferencias electorales.
